Chavela Vargas, la cantante que desafió los estereotipos de género en la música ranchera mexicana, murió el domingo a causa de un paro respiratorio, informó su representante, María Cortina. Tenía 93 años.

Amiga y biógrafa de la artista, Cortina dijo que Vargas murió en un hospital en la ciudad de Cuernavaca, al sur de la capital, donde había estado internada una semana con problemas respiratorios y cardíacos.

Vargas revolucionó la escena musical cantando temas de amor, en ocasiones dirigidos a otras mujeres, con su voz ronca y potente y luciendo siempre vestimenta de hombre.

Nacida en San Joaquín de Flores, Costa Rica, el 17 de abril de 1919, y radicada en México desde su adolescencia, comenzó a desarrollar su pasión por la música cantando en las calles a los 14 años. En 1960, cuando ya tenía 41 años, empezó a hacerlo de manera profesional.

En aquella época irrumpió en cantinas y bares mexicanos cantando con una pistola al cinto y una botella de tequila en la mano.

Muchos reprobaron su conducta, pero otros la veneraron como la mujer que se atrevió a desafiar la cultura machista mexicana, cantando con emoción y ronquera los sufrimientos de amor que también padece una mujer.

Polémica por naturaleza, Vargas no escatimaba en hablar sobre las críticas que le rodearon, muchas de ellas en torno a su homosexualidad, que hizo pública en su autobiografía “Y si quieres saber de mi pasado”, publicada en el 2002.

En el texto relataba que desde pequeña era señalada como una “rareza”.

“Lo que duele no es ser homosexual, sino que lo echen en cara como si fuera la peste. Hace falta tener mucha ponzoña en el alma para lanzar cuchillos sobre una persona, sólo porque sea de tal o cual modo”, escribió Vargas, a quien se le llegó a relacionar sentimentalmente con la pintora mexicana Frida Kahlo.