Los trabajadores del subte de Londres comenzaron esta tarden una huelga de 48 horas en protesta por el cierre de la atención al público por ventanillas, una medida que amenaza con colapsar la capital inglesa donde tres millones de personas usan a diario este medio de transporte.

El paro arrancó luego de que fracasó la negociación con la companía London Underground (LU) para intentar llegar a un acuerdo que evite el recorte y la medida sindical, confirmó el Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transporte (RMT, por sus siglas en inglés).

El secretario general del RMT, Mick Cash, aseguró que LU no quizo "ceder ni una pulgada" en su determinación de cerrar las ventanillas de atención al público y la sustitución con máquinas para la venta de boletos.

El cierre planeado por parte de LU incluye 260 oficinas de venta de billetes y la supresión de 950 puestos de trabajo en 2015, con el objetivo de ahorrar unos 50 millones de libras esterlinas (poco más de 81 millones de dólares) al año.

El subte de Londres, con sus 275 estaciones y sus 408 kilómetros de vías, es el tercero más extenso del mundo, después de los de la capital de Corea del Sur, Seúl, y de la ciudad china Shanghai.

Está gestionado por la empresa pública Transport for London (TfL) aunque con el servicio de mantenimiento privatizado por LU, y es uno de los más caros del mundo: un pasaje de zona 1 (el centro de una ciudad que está dividida en seis zonas) cuesta 4,70 libras (7, 80 dólares).

La línea de metro Central, que conecta el centro de Londres con el parque olí¬mpico de Stratford (este) y es una de las más concurridas, estará inactiva, al igual que la Waterloo & City Line, la mas corta, que transporta pasajeros desde el Big Ben hasta la City (área financiera).

El resto de líneas que cruzan Londres por el subsuelo -como la Bakerloo, la Victoria, la Norte o la Picadilly- ofrecerán un servicio reducido, con frecuencias de entre 6 y 12 minutos y sin que el metro pare en todas las estaciones.

Se trata de una de las huelgas más conflictivas en la capital británica, con ocho millones de habitantes y que coincidirá además con la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones de fútbol entre el Chelsea y el Atlético de Madrid, que se disputa el miércoles en el estadio londinense de Stamford Bridge.

Los servicios mínimos planificados garantizan únicamente cinco trenes a la hora en la parada de subte más cercana al estadio del Chelsea, insuficiente para garantizar el transporte a los cerca de 42.000 seguidores que asistirán al encuentro.

El RMT convocó a una segunda huelga de 48 horas para la próxima semana, informó la agencia de noticias EFE.

Cash insistió en que "nada de lo que proponen es para `modernizar` el servicio. Los planes de cerrar las taquillas y eliminar casi mil empleos críticos para la seguridad responden únicamente a los recortes impuestos a nivel central por el Gobierno de David Cameron y ejecutados por (el alcalde de Londres) Boris Johnson".

El servicio de arbitraje Acas se puso a disposición de las partes para volver en cualquier momento a la mesa de negociaciones.

Pero LU insiste en que apenas el 3% de los boletos se venden en las ventanillas, ya que casi todos los usuarios utilizan la tarjeta electrónica Oyster, que cargan en las máquinas de las estaciones o de manera automática a su tarjeta de crédito.

El alcalde de Londres dijo que la huelga "no tiene sentido" y pidió al sindicato que la cancele, mientras que hace unos días el premier Cameron la calificó de "injustificada e inaceptable".