El viceprimer ministro turco, Bulent Arinc , afirmó este lunes que el Gobierno no descarta llamar al Ejército para ayudar a reprimir las protestas populares que se han desarrollado en las ciudades de Turquía en las últimas dos semanas. Esta es la primera vez que se plantea la posibilidad de un rol militar.

Arinc formuló las declaraciones en Ankara, donde 1.000 trabajadores sindicalizados en huelga enfrentaron brevemente a la Policía, respaldada por varios cañones de agua, antes de que los efectivos retrocedieran y la multitud se dispersara.

En Estambul, la cuna de las protestas que han presentado al primer ministro Tayyip Erdogan el mayor desafío público a su liderazgo de 10 años, cientos de miembros de sindicatos también marcharon en solidaridad con las manifestaciones contra el Gobierno.

La Policía impidió que entraran a la Plaza Taskim, el foco de la agitación, que se encendió nuevamente el fin de semana con algunos de los más fuertes enfrentamientos hasta el momento, cuando fuerzas de seguridad lanzaron gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a miles de personas.

“Están haciendo su trabajo”, justificó Arinc al canal de televisión estatal TRT, y agregó: “Si no es suficiente, entonces los gendarmes harán su trabajo. Si eso no es suficiente incluso podríamos usar elementos de las fuerzas armadas turcas”.

Cualquier uso del Ejército sería una medida dramática en Turquía, donde Erdogan ha impulsado reformas democráticas, incluyendo el control de un aparato militar que derrocó cuatro gobiernos en cuatro décadas.

Las marchas del lunes fueron pacíficas, pero pequeñas en comparación con muchas de las protestas recientes y aunque no estaba claro cuántos de los cerca de 850.000 funcionarios públicos respondieron al llamado de sus sindicatos para ir a huelga el lunes, no había señales de grandes interrupciones.

La Policía detuvo a 441 personas con relación a los enfrentamientos en Estambul el domingo y a 56 en Ankara. Al menos cuatro personas han perdido la vida y alrededor de 5.000 han resultado heridas en 18 días de violencia, según la Asociación Médica Turca.

Lo que comenzó como una pequeña protesta por parte de medioambientalistas descontentos por planes gubernamentales para construir un parque público aledaño a la Plaza Taksim se ha convertido en un movimiento contra Erdogan.