El gobernador del estado norteamericano de Texas, el republicano Greg Abbott, que hizo de la seguridad fronteriza con México una prioridad de su mandato, celebró ayer una ceremonia en la que firmó la ley HB 11, que destina 310 millones de dólares adicionales, lo que facilita la contratación de nuevas tropas para vigilar la frontera y otorga al Departamento de Seguridad Pública de Texas la autoridad para contratar a veteranos del Ejército, lo que recibió fuertes críticas del Gobierno azteca y de ONG de ese país.

"Hacemos esto porque la seguridad fronteriza se convirtió en un verdadero reto para la gente de este estado, no sólo en la región fronteriza, sino también en las comunidades de todo Texas", argumentó el gobernador. La ley HB 11 forma parte de un paquete de medidas destinadas a la seguridad fronteriza que cuenta con un presupuesto total de 800 millones de dólares. Además, la medida aprobada establece la continuación de las operaciones de la Guardia Nacional en la frontera hasta que se entrene a unos 250 agentes que se establecerán en forma permanente en la zona.

Por su parte, el gobierno de México lamentó la promulgación de la Ley HB11 por parte del gobierno de Texas, y a través de un comunicado, la Cancillería azteca destacó que “si bien reconoce la intención de las autoridades texanas de fortalecer la seguridad pública mediante la sustitución de la Guardia Nacional por policías debidamente capacitados por el Departamento de Seguridad Pública de Texas, considera que la legislación fomenta la división de nuestras sociedades y se opone a los principios y valores que rigen la relación bilateral entre México y Estados Unidos”. También, destacó en el mensaje que “el gobierno de México estará atento a que la implementación de esta ley no afecte los derechos y la dignidad de sus nacionales y brindará la asistencia consular necesaria a la comunidad mexicana en ese estado".