El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, afirmó hoy que el alto el fuego bilateral e indefinido con la guerrilla puede llegar antes del acuerdo definitivo de paz, con lo que modificó su tradicional postura sostenida durante meses de que sólo cesarían los enfrentamientos con las FARC cuando se llegue a un acuerdo definitivo de paz.

"En su momento veremos si lo aplicamos (el cese el fuego) de forma inmediata", dijo el mandatario en el programa gubernamental Agenda Colombia.

Esa opción se hará realidad, matizó Santos, dependiendo de "cómo hayan avanzado" otros puntos, como el de la justicia transicional que se aplicará en el postconflicto o el reconocimiento de las víctimas, aspectos que las partes van a negociar simultáneamente con el cese del fuego bilateral para acelerar los diálogos.

Las palabras del presidente cambian su postura mantenida durante meses de que, aunque se llegue a un acuerdo sobre el cese del fuego, este solo se aplicaría cuando finalicen las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se mantienen desde noviembre de 2012 en La Habana.

El alto el fuego bilateral, que pertenece al quinto y último punto de la agenda para negociar la paz, comenzará a debatirse el próximo 2 de febrero, día en que las partes retomarán en Cuba los diálogos interrumpidos por la Navidad, en conjunto con el tema de las víctimas ya tratado desde fines del año pasado pero aún no concluido.

Para abrir este punto las FARC tendrán de negociadores a varios de sus altos mandos, en tanto que por parte del gobierno hablará el denominado Comando de Transición, liderado por el ex jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, el general Javier Flórez.

La semana pasada, en una alocución al país, Santos reveló que había dado instrucciones a su equipo de negociadores en La Habana para que enfoquen los diálogos con las FARC hacia un alto el fuego bilateral e indefinido.

Sin embargo, evitó pronunciarse específicamente sobre si el cese de hostilidades podría llegar antes de la firma de la paz, lo que generó declaraciones contradictorias entre algunos de sus ministros.

Así, mientras el titular de Defensa, Juan Carlos Pinzón interpretó su declaración para asegurar que el alto el fuego llegará cuando se firme el acuerdo definitivo, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, habló de "dos alternativas": llegar al alto el fuego antes o después de la firma de la paz.

También el general retirado Oscar Naranjo, que condujo a la Policía Nacional de Colombia desde 2007 hasta el 2012, y que integra el equipo de negociadores del gobierno, opinó ayer que el "cese del fuego se iniciará cuando el presidente de la República
considere que ya existen las condiciones para ello", pero condicionó esa decisión a que la guerrilla suspenda el reclutamiento de menores , al desminado de más de 650 municipios y al esclarecimiento de la desaparición de miles de personas.

El militar agregó en una entrevista que ayer publicó el diario bogotano El Tiempo, que además antes de llegar a la instancia del cese bilateral del fuego los 8.000 guerrilleros de las FARC tendrían que ser ubicados y protegidos, para verificar el cumplimiento del acuerdo.

"El Presidente de la República ha estimado que la madurez que tiene el proceso significa que debemos avanzar en el estudio serio de las condiciones y el modelo para poner en marcha un cese del fuego bilateral y definitivo", dijo al ser consultado sobre si el cese bilateral del fuego puede ser un elemento para acelerar el acuerdo final.

Por su parte, el jefe negociador del gobierno en los diálogos con las FARC, Humberto de la Calle, pidió hoy a los colombianos una "cuota de sacrificio" para que se pueda lograr la paz con esa guerrilla, con la que retomarán las negociaciones en dos semanas.
"Todos debemos sacrificar algo, nada de esto es fácil. Se requiere voluntad y altruismo. La paz no será un regalo fortuito.

preparemos el ánimo para discusiones difíciles, para que cada colombiano entienda que debe aportar su cuota de sacrificio", dijo De la Calle en una alocución desde la sede de la Presidencia.

Tras el receso de Navidad, los negociadores de ambas partes volverán a reunirse en La Habana para abrir el quinto y último punto de la agenda para firmar la paz: el cese el fuego bilateral y el abandono de armas por parte de la guerrilla, que mantiene una tregua unilateral desde el pasado 20 de diciembre.

Sobre todo ello se dialogará de manera simultánea junto al cuarto apartado, iniciado el pasado agosto y que se refiere al reconocimiento y reparación de víctimas.

El objetivo de esta estrategia de negociación, anunciada el 5 de enero por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, es acelerar los diálogos para firmar la paz este año, como es la intención manifiesta del mandatario.

Ante la "enorme complejidad" de los temas restantes, las partes ya han comenzado a prepararse en reuniones "de planificación" en Cuba, explicó De la Calle.

"La información para los colombianos es de moderado optimismo, ambas delegaciones mantienen una decidida determinación hacia el fin del conflicto", subrayó.

No obstante, deberán superar "distancias considerables" que, según explicó el jefe negociador, hacen referencia a la justicia transicional que se deberá aplicar a los implicados en un eventual postconflicto.

De la Calle apuntó que, aunque la posición del gobierno es aplicar "estándares mundiales y nacionales" en ese proceso, hay espacio para negociar una posible "alternatividad penal" sobre la que no ofreció más detalles.