El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, anunció duras medidas de recorte de gasto y subas de impuestos que supondrán un ajuste adicional cifrado en 65.000 millones hasta 2014, como contrapartida a la ayuda financiera de la Unión Europea.

Entre las medidas más importantes que adoptará el Ejecutivo español figura una reducción de los subsidios de los desempleados, el incremento del IVA del 18 al 21% y un otro recorte del sueldo de los empleados públicos, todas recomendaciones de la “troika” de prestamistas internacionales –Bruselas, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Sé que las medidas anunciadas no son agradables, pero son imprescindibles", afirmó Rajoy ante el pleno del Congreso de los Diputados español, donde acudió a explicar los resultados del reciente Consejo Europeo de Bruselas y las reuniones del Eurogrupo en las que se acordaron las condiciones del rescate a la banca española.

El inédito paquete de medidas ya cuenta con el rechazo frontal de las grandes centrales obreras del país y del principal partido de la oposición, el Partido Socialista (PSOE), cuyo líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, anticipó que no apoyará más recortes que supongan más sacrificios para los ciudadanos.

Antes de avanzar en el mayor ajuste de la historia, el jefe del Ejecutivo español describió un panorama sombrío e incluso empeoró las previsiones oficiales al afirmar que la economía española caerá cerca de un 2% este año (estimación previa era del 1,7%) y continuará en recesión el próximo año.

El drástico ajuste, que tiene como objetivo cumplir con los compromisos de reducción del elevado déficit público del país, afecta a prácticamente todas las partidas presupuestarias y sectores, a excepción de las rentas más altas.