La manifestaciones de taxistas convocadas contra las empresas que ponen en contacto a conductores particulares y usuarios a través de Internet provocó cerca de 300 kilómetros de embotellamiento en las entradas de París, Madrid amaneció sin taxis y en Londres la Asociación de Conductores de Taxis con Licencia espera que unos 12.000 trabajadores con sus vehículos se sumen a la movilización. 

Cientos de taxis salieron en caravana desde los aeropuertos parisinos de Roissy Charles de Gaulle y de Orly en dirección a la capital en una de las llamadas "operación caracol", que por su baja velocidad buscan retener el tráfico. Las federaciones del gremio, que se unieron a protestas de este mismo tipo organizadas hoy en otras ciudades europeas, denuncian la "competencia desleal" que llevan a cabo los servicios de transporte en vehí­culos compartidos por particulares (VTC, por sus siglas en inglés) como Uber. 

La intersindical francesa busca que la situación "sea tomada en serio por los poderes públicos y que se encuentren soluciones definitivas para restablecer condiciones de competencia sanas en el transporte de personas". Los taxis franceses denuncian que en los últimos cinco años se incrementó la oferta de transporte un 70%, lo que no fue acompañado de la misma evolución en la demanda. 

Por su parte, la capital española amaneció hoy sin taxis en protesta contra la aplicación móvil Uber, en lí­nea con otras ciudades europeas cuyos taxistas se unieron a una huelga para denunciar el servicio que conecta a los usuarios con conductores particulares. La adhesión al paro en Madrid era del 100 % al inicio de la jornada, según informaron las asociaciones mayoritarias madrileñas del sector. 

Las organizaciones nacionales del taxi convocaron manifestaciones en diferentes ciudades de España en protesta por la posibilidad de que empresas como UBER puedan operar en el paí­s "sin respetar las leyes vigentes", denuncian. La comisaria europea de Agenda Digital, Neelie Kroes, afirmó ayer que "Uber no es el enemigo de los taxistas" y reiteró que es contraria a prohibir los servicios de transporte en vehí­culos compartidos por particulares. 

Estos servicios de transporte no profesional, que se implantan en distintas ciudades europeas y que ya fueron prohibidos, por ejemplo, en Bruselas, ponen en contacto a particulares y les ofrecen la posibilidad de compartir los gastos de viaje. Los taxistas profesionales se quejan de que es una actividad remunerada que se lleva a cabo en la sombra y por la que no se paga impuestos, y dicen que no ofrece ninguna garantí­a a los clientes 

Sin embargo, los usuarios aseguran que es una forma más económica de viajar que además beneficia al medio ambiente.