Los documentos fueron distribuidos a nicaragüenses de escasos recursos de barrios y comunidades del departamento de Managua, que viven desde hace más de una década en áreas públicas de la municipalidad, con el temor de ser expulsados en cualquier momento por falta de títulos de propiedad. "Esto no puede pasar en esta Nicaragua, que la queremos llenos de socialismo, cristianismo y solidaridad", declaró Daniel Ortega durante un acto celebrado en la histórica Plaza de la Revolución, en el norte de Managua.

La oposición calificó el acto, pero más aún la medida, como un claro ejemplo de clientelismo político. El líder del gobernante Frente Sandinista (FSLN izquierda) aprovechó para hacer pública una nueva promesa de campaña: si gana los comicios del 6 de noviembre, continuará el proceso de legalización de propiedades.