Su nombre y su cara se hicieron conocidos hace tres años, cuando, con un tono combativo y una belleza desprolija, encabezó las protestas estudiantiles que pusieron en jaque el comienzo del presidente saliente, Sebastián Piñera. Ayer, Camila Vallejo trasladó la popularidad que ganó en ese momento a las urnas, y consiguió una banca en el Congreso chileno.

En lo que representará un cambio generacional en la Cámara de Diputados, Vallejo y otros tres ex dirigentes estudiantiles que encabezaron las masivas marchas de 2011 en Chile resultaron electos como diputados con abrumadoras victorias en las elecciones parlamentarias ayer, paralelas a las presidenciales, en las que la izquierda se llevó la amplia mayoría, con una victoria de Michelle Bachelet, que deberá enfrentar un ballottage el mes próximo.

Vallejo, de 25 años, es licenciada en Geografía y militante del Partido Comunista, ganó fama internacional como uno de los rostros más reconocidos de un movimiento que buscaba una educación gratuita y mejorada en la nación que registra la peor distribución del ingreso entre los 34 Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

La victoria de la ex dirigente estudiantil es clave para que la coalición Nueva Mayoría de la candidata favorita a la presidencia, Michelle Bachelet, logre una presencia más sólida en ambas cámaras del Congreso. Por primera vez, los partidos del bloque de la ex Concertación incluyen a los comunistas.