Israel anunció hoy que edificará unas 1.000 viviendas en la parte de Jerusalén reclamada por los palestinos, y su primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo que seguirá con las construcciones pese a las críticas internacionales, desatando una advertencia palestina de que tal política desatará una "explosión" de violencia.

El anuncio israelí y las declaraciones de Netanyahu llegaron en medio de persistentes brotes de violencia en Jerusalén este, donde las tensiones entre árabes y judíos están en niveles altísimos y donde la policía israelí ha protagonizado enfrentamientos nocturnos con manifestantes palestinos desde hace varios días.

En una intervención ante el Parlamento, el premier de Israel defendió sus planes para Jerusalén este afirmando que existe un amplio consenso en su país para continuar con las construcciones, tal como hicieron todos los gobiernos israelíes desde que el país capturó Jerusalén este, en 1967, tras una guerra contra naciones árabes.

"Hasta los palestinos saben que estos lugares seguirán bajo soberanía israelí en cualquier acuerdo", dijo Netanyahu.
"Los franceses construyen en París, los ingleses en Londres, los israelíes construyen en Jerusalén. Venir y decirles a los judíos que no vivan en Jerusalén...¿Por qué?, agregó.

En Jerusalén este se encuentran los sitios sagrados judíos, cristianos y musulmanes más importantes de la ciudad.
Israel dice que toda Jerusalén será su capital para siempre, y sostiene esta afirmación con argumentos históricos, religiosos y de seguridad.

Los palestinos quieren que Jerusalén este sea la capital del futuro Estado que desean fundar en Cisjordania y la Franja de Gaza, cuya creación es considerada parte esencial de la solución al conflicto de décadas con Israel, que ha dejado miles de muertos y convulsionado a toda la región.

La comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, no reconocen la anexión unilateral del sector este de la ciudad por parte de Israel y consideran ilegales todas las colonias judías existentes en Cisjordania.

En un intento de reafirmar el reclamo de Jerusalén, el primer ministro palestino realizó hoy una inusual visita a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, que, situada en la Ciudad Vieja, alberga en su recinto las mezquitas de la Cúpula de la Roca y la de Al Aqsa, considerada el tercer lugar más sagrado del Islam.

Desde la Cúpula de la Roca, a cuyos pies está el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado para el judaísmo, el premier Rami Hamdallah declaró que "no habrá un Estado palestino sin Jerusalén este como su capital".

La visita fue coordinada con la seguridad israelí y transcurrió sin incidentes.

Netanyahu ha acusado al presidente palestino, Mahmud Abbas, y al movimiento islamista palestino Hamas, de incitar a la violencia esparciendo el rumor de que Israel planea modificar el estatus del lugar sagrado, imponiendo restricciones a las visitas de musulmanes, algo que, según dijo hoy el premier, no es cierto.

El jefe de gobierno nacionalista, sin embargo, sí defendió su política de construcción en zonas judías del sector este de Jerusalén.
"Construir es la respuesta natural a aquellos que quieren sacarnos de nuestra tierra. Ellos quieren muerte, y nosotros estamos construyendo vida", señaló.

Un vocero del gobierno israelí dijo al diario Haaretz que las 1.000 nuevas viviendas serán construidas en las zonas de Har Homa y Ramat Shlomo, dos áreas de rápido crecimiento que ya están bien desarrolladas.

El portavoz, que pidió no ser identificado, agregó que el proyecto también incluye nueva infraestructura en la Cisjordania ocupada, pero no quiso decir cuándo comenzarán a hacerse las edificaciones.

Netanyahu ha estado bajo intensa presión de Estados Unidos y otros aliados occidentales de Israel para no expandir los asentamientos, y sus declaraciones de hoy parecieron dirigidas a partidos ultranacionalistas que integran su coalición de gobierno y que le habían reclamado acelarar la colonización.

De todos modos, el anuncio de las construcciones podría inflamar aún más las ya de por sí elevadas tensiones en Jerusalén este.
"Este tipo de actos unilaterales provocarán una explosión" de violencia, dijo el dirigente del movimiento palestino Al Fatah, Yibril Rayub, luego del anuncio de las construcciones israelíes.

El vocero y asesor de Abbas, el dirigente Nabil Abu Rudeina, calificó el anuncio de "escalada peligrosa" con el potencial de provocar un "terremoto" en la región.

Las tensiones están en aumento en Jerusalén desde junio pasado, cuando tres adolescentes israelíes fueron secuestrados y asesinados en Cisjordania, al parecer por milicianos palestinos.

Extremistas israelíes respondieron secuestrando y matando a un adolescente palestino en Jerusalén este, lo que desató disturbios.

Los secuestros dieron lugar a una cadena de eventos que llevó a la ofensiva de 50 días lanzada por Israel contra Hamas en la Franja de Gaza, que dejó más de 2.100 palestinos muertos, en su mayoría civiles.

La semana pasada, un palestino chocó con su auto una parada de tranvía en Jerusalén y causó la muerte a una beba israelí-estadounidense de tres meses y heridas a varias personas.

Ayer, una mujer ecuatoriana de 22 años murió a causa de las heridas que sufrió en ese hecho.

El conductor del vehículo, un palestino de Jerusalén este que había estado preso en Israel, fue muerto a tiros por policías cuando, según la versión israelí, intentó huir del lugar.

El ministro de Finanzas israelí, Yair Lapid, del partido centrista Yesh Atid, se desmarcó del resto del gobierno y criticó el nuevo plan de construcciones para Jerusalén.

"Este plan conducirá a una seria crisis en las relaciones Israel-Estados Unidos y dañará la posición de Israel en el mundo", dijo Lapid en un comunicado.