Diez días después del atentado al semanario Charlie Hebdo y los ataques posteriores en París, los reclamos salariales vuelven a ocupar el centro de la escena con una huelga de camioneros. Esta madrugada, los camioneros franceses comenzaron con una medida de fuerza para reclamar un aumento de 100 euros en los salarios, al realizar unas 50 "operaciones caracol", según los cuatro sindicatos organizadores, para bloquear sitios petroleros e industriales y ralentizar la circulación en rutas y autopistas sin perturbar a los particulares.

Bien temprano, las protestas tuvieron como epicentro los suburbios de París, Lyon y Caen, y otras ciudades del oeste del país.
"Vamos a bloquear varios centros estratégicos económicos en el sector de gran distribución", anticipó Marc Rosa, de la CGT. El movimiento se extenderá durante toda la jornada en los suburbios de Marsella, Burdeos, Nantes, Toulouse, Rennes, Brest, Metz y Lille, y al norte de París, en los alrededores del aeropuerto internacional Charles de Gaulle.

Los sindicatos remarcaron que el objetivo de esta movilización que continuará mañana y podría extenderse a los próximos días, es "presionar a la patronal sin perjudicar a los particulares". En los bloqueos de los peajes de las autopistas solamente los grandes camiones serán frenados por los huelguistas, aclaró un comunicado de los sindicatos.

La protesta tiene lugar en momentos en que Francia mantiene su plan antiterrorista en alerta máxima, con un inédito operativo de seguridad interior, que incluye el despliegue suplementario de 10.000 militares y 5.000 policías y gendarmes para fortalecer la seguridad interior.