El Grupo de los 20 llamó a los países a “abstenerse de hacer devaluaciones competitivas”, origen de la “guerra de divisas” que los enfrenta.

Los líderes firmaron un acuerdo para reducir los desequilibrios de las economías mundiales y fortalecer la cooperación internacional, como había propuesto la presidenta argentina.

Así lo destacaron en el comunicado final de la cumbre que terminó en Seúl, en medio de las tensiones cambiarias entre las dos mayores potencias nacionales, Estados Unidos y China.

También resolvieron que Francia asumirá la presidencia del G-20 y París será la sede de la reunión en 2011.

En Seúl, la delegación argentina avanzó en un acuerdo para pagar la deuda al Club de París.

Elevó un informe al Grupo de los 20, que oficiará de garante para saldar esa deuda en tres años, sin intervención del Fondo Monetario.

La propia Cristina Fernández propuso que el mismo G-20 sea el auditor de esas obligaciones, que llegan a seis mil setecientos millones de dólares, monto inferior al que canceló toda deuda con el FMI anteriormente.