En España, comienza el juicio contra el juez Baltazar Garzón. Es por prevaricación, debido a las escuchas que ordenó en el marco del “Caso Gürtel”.

Se trata de la trama de corrupción que salpica al Partido Popular de Mariano Rajoy desde hace tres años.

El magistrado se enfrenta al final de su carrera judicial, con un Tribunal Supremo dominado por elementos conservadores que también le impidieron investigar los crímenes contra los derechos humanos del franquismo, pese a que antes le había permitido investigar los de las dictaduras sudamericanas.

Garzón puede ser inhabilitado hasta por 17 si se lo halla culpable de dictar a sabiendas una resolución "injusta" en el caso “Gürtel”. Al arribar al Tribunal Supremo, recibó una calurosa bienvenida, con aplausos y cánticos de “Garzón es inocente, Garzón es un valiente”, “Tenemos memoria, queremos justicia” y “Fuera fascistas del Supremo”.

“Esto es un linchamiento, no un juicio", sostuvo el diputado de Izquierda Unida (IU) Gaspar Llamazares, quien se acercó al tribunal para apoyar al magistrado. Se trata de un “esperpento nacional y un escándalo internacional”, y es “un aviso” para otros jueces que quieren juzgar la corrupción política o el franquismo, advirtió.

El juez, que destapó la trama corrupta, se sienta ante un tribunal antes que los propios acusados y a pesar de que la fiscalía no apoya su procesamiento.