Thomas ahora es Tammy. Tiene 11 años. Es Hijo adoptivo de madres lesbianas.

Sus madres alegan que cambiar el sexo de joven es mucho mejor para el pequeño que esperar la adultez.
Las mujeres adoptaron a Thomas Lobel con dos años, y aunque sus madres siempre quisieron que fuera una niña aseguran que nunca lo presionaron para que se convierta en mujer.

De hecho, una de las primeras cosas que les dijo cuando con tres años pudo hablar fue “yo soy una niña”. Y lo hizo con el lenguaje de signos porque Thomas sufre un defecto en el habla.

No fue hasta los siete años, después de que Thomas intentase mutilarse sus genitales, que los psiquiatras le diagnosticaron un trastorno de identidad sexual. Y el pasado verano comenzó a tomar la hormona que le impedirá experimentar la pubertad como un varón y por la que no desarrollará voz grave y vello facial, entre otras características masculinas.