En Egipto, se cumple un día de la salida de Hosni Mubarak del poder y continúan los festejos.

Millones de personas continúan celebrando la salida del mandatario que se mantuvo treinta años en el poder, amparado en el apoyo de las Fuerzas Armadas y de los Estados Unidos.

Increíblemente, la revuelta popular, que se extendió por toda la nación sin plan ni logística, logró derrocarlo por desgaste (a las puebladas, históricamente, les sucede al revés: el paso del tiempo las desgasta y afirma a las organizaciones represivas).

Ahora, el mando recayó sobre las Fuerzas Armadas (es decir que nada cambió) y deberán ejercerlo hasta las elecciones, previstas para septiembre próximo.

Así lo informó el vicepresidente, Omar Suleiman, al anunciar la salida de Mubarak por televisión.

Cabe acotar que Suleiman era el jefe de las organizaciones de Inteligencia y represión del régimen de Mubarak, y fue nombrado por el ex presidente.