En la Asamblea Anual de la ONU, la presidenta argentina, Cristina Fernández, renovó sus reclamos a Irán por la investigación de la causa AMIA y al Reino Unido por la soberanía de Malvinas.

También abogó por el desarrollo del multilateralismo para solucionar las crisis globales, criticó las políticas del FMI para atacar crisis como la que sufren Estados Unidos y Europa y comparó la situación de la Argentina en los 70, 80 y 90 con la que vive el país desde 2003, cuando se apartó de las recomendaciones de los organismos financieros internacionales.

Reclamó “regular los movimientos de capitales para evitar la especulación financiera”, y consideró que los cambios que se hicieron hasta ahora fueron netamente “cosméticos. Hoy la especulación puede ser sobre los alimentos, ayer en el petróleo y mañana en las pastillas de menta, si da la rentabilidad a los capitales que se manejan sin ningún tipo de control”.

Pidió reformar el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, eliminando “los miembros permanentes y el poder de veto” de los países miembros que lo integran en la actualidad. Puso como ejemplo la negativa de Gran Bretaña a acatar las “10 resoluciones” de la ONU que convocaron al Reino Unido a negociar con la Argentina por las Malvinas, a lo que el estado insular se niega permanentemente, con el argumento de su “condición de miembro del Consejo (de Seguridad) con derecho a veto”.

Renovó hoy su deseo de que Palestina obtenga el asiento número 194 en la Organización de Naciones Unidas, aseguró que esa decisión contribuirá a la construcción de un “mundo más seguro y más justo”, y advirtió que la no inclusión “va a crear mayor inseguridad” en el mundo. “Impedir que Palestina forme parte de Naciones Unidas es seguir dándole coartadas a los que ejercen el terrorismo a nivel internacional”, adujo la presidenta.