El Gobierno ruso criticó duramente al embajador ucraniano ante Naciones Unidas, Yuri Sergeyev, por “justificar” a los colaboracionistas nazis y afirmar que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) “fabricó” acusaciones contra “nacionalistas” ucranianos durante los Juicios de Núremberg. “Con estas palabras, el embajador ucraniano en la ONU ofendió la memoria de los rusos, ucranianos, judíos, polacos y ciudadanos de otras nacionalidades víctimas de las atrocidades cometidas por los colaboracionistas nazis ucranianos”, comunicó el Ministerio de Exteriores ruso.

“Hay muchas pruebas de sus violentos crímenes. Estamos dispuestos a familiarizar a Sergeyev con ellas”, agregó. En 1941, Bandera pidió al pueblo de Ucrania “que ayudara al Ejército alemán a derrocar a Moscú y el bolchevismo”, si bien finalmente no alcanzó un acuerdo con el Führer, Adolf Hitler, debido a la oposición de éste a crear un estado independiente ucraniano.

En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, advirtió que por lo ocurrido estos últimos días en la península de Crimea, Rusia parece estar buscando un “pretexto” para “invadir” más aún territorio ucraniano. Kerry, de visita en Kiev condenó, después de verse con las nuevas autoridades ucranianas, el “acto de agresión” ruso en Crimea y reafirmó el “compromiso” de Estados Unidos con la “integridad territorial” de Ucrania. En este sentido, comparó la aparente estabilización de la capital con la “lucha por la libertad” que se libra ahora en el sur.

El jefe de la diplomacia norteamericana lamentó que Moscú “ignore la realidad” de que el Parlamento ucraniano eligió por amplia mayoría a un nuevo Gobierno. Kerry subrayó que en este Ejecutivo también están integrados antiguos socios del expresidente Viktor Yanukovich. “No veo que nadie esté amenazado, a no ser por la amenaza de Rusia”, señaló Kerry, que instó a apostar por el diálogo en lugar de por la confrontación.

Por su parte, el propio Barack Obama trató con la canciller alemana, Angela Merkel, una propuesta para bajar la tensión en Ucrania que contempla la retirada de las tropas rusas desplegadas en Crimea. La propuesta incluye el ingreso de observadores internacionales para garantizar que los derechos de la población rusa sean protegidos, de acuerdo a un alto funcionario del Gobierno estadounidense.

Basado en la misma, Rusia acuartelaría a sus fuerzas en sus bases en la región, limitaría el número de tropas bajo mandato ucraniano hasta las 11.000 y permitiría el acceso de observadores internacionales a Crimea. Asimismo, contempla el inicio de conversaciones directas entre los gobiernos ruso y ucraniano -al que Moscú no reconoce como legítimo tras la salida de Viktor Yanukovich del país- y la celebración de elecciones en mayo, tal y como está previsto. El mandatario estadounidense no acudirá a la cumbre del G8 prevista para junio en la localidad rusa de Sochi a menos que Moscú cambie su actitud respecto a la situación en el país europeo.

"La situación en Sebastopol es absolutamente tranquila. Es prácticamente una ciudad entera formada por población rusa y tiene la principal base de la flota rusa en el Mar Negro", señaló por Continental Álvaro Zamarreño, enviado de Prisa Radio a Crimea. En La Mirada Despierta, añadió que "hay dos grupos minoritarios en contra de la presencia de Rusia, los tártaros, que todavía guardan rencor por la deportación efectuada por Rusia tras la segunda guerra mundial y los ucranianos crimeanos. Nadie aquí tiene la sensación de que pueda desatarse una guerra, pero sí se temen incidentes que puedan complicar la crisis", redondeó.