Un avión de pasajeros en viaje de Nueva York a Madrid tuvo que regresar al aeropuerto internacional John F. Kennedy como precaución, luego que un pasajero reportara la existencia de cables extraños en el baño, aunque terminó siendo sólo un susto ya que no se encontraron explosivos.

El vuelo 126 de Delta Airlines salió del aeropuerto a las 20 de ayer, hora local, y regresó alrededor de las 22. Una autoridad federal estaba a bordo del avión y la unidad antiexplosivos de la policía de Nueva York y el FBI recibieron el vuelo a su regreso, tras lo cual los pasajeros fueron evacuados.

La investigación determinó que los cables no estaban conectados a un explosivo, aunque al parecer no pertenecían al avión, dijo Paul Browne, portavoz de la policía.

Los investigadores interrogaron brevemente a dos pasajeros: una mujer, de nacionalidad argentina, que dijo tener problemas para respirar en el momento en que fueron descubiertos los cables y un hombre que al parecer había sido el último en usar el baño.

Las autoridades estaban preocupadas de que la mujer pudiese haber estado tratando de crear una distracción, pero se determinó que no era así. Por su parte, el hombre negó tener nada que ver con los cables. Ambos pasajeros fueron dejados en libertad.

En mayo, un avión de pasajeros de US Airways que viajaba de París a Carolina del Norte fue desviado a Maine luego que una pasajera francesa le entregase una nota a una azafata en la que dijo que le habían implantado quirúrgicamente un aparato explosivo. Luego de aterrizar, el avión fue llevado a una parte remota del aeropuerto y la pasajera fue sacada por las autoridades.

AP