El presidente interino egipcio, Adly Mansour, sigue sin nombrar a un primer ministro para encabezar el gobierno, mientras el pulso en las calles entre detractores y adherentes al depuesto mandatario Mohamed Mursi mantiene la tensión en el país árabe.

“El presidente interino se reunió hoy con El-Baradei pero hasta el momento no hay ningún nombramiento oficial”, aseguró anoche ante la prensa Ahmad al-Mouslimani, asesor de Mansour, quien no obstante insistió en que la elección del premio Nobel de la paz “es la elección más lógica”.

Cuatro días después del golpe militar que derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi la confusión continúa dominando la escena política egipcia.

Según las informaciones aparecidas en numerosos medios y declaraciones de diferentes políticos, el liberal El-Baradei, ex director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, debía asumir su cargo anoche a las 20 hora local en el Palacio Presidencial.

No obstante, la asunción nunca tuvo lugar y dos horas después el asesor del presidencial Al-Mouslimani brindó una conferencia de prensa para explicar la situación.

En diálogo con Télam, el influyente asesor liberal Mohamed Madkour, mano derecha del ex candidato presidencial Amr Moussa, sembró dudas sobre la designación de El-Baradei.

“No sé si El-Baradei va a aceptar ser primer ministro en estos momentos tan delicados donde podría `quemarse´, ya que él aspira a presentarse en las próximas elecciones”, le dijo a Télam, Madkour.

El Baradei, que retiró a último momento su candidatura en las elecciones presidenciales celebradas el año pasado, que finalmente ganó Mohamed Mursi en segunda vuelta, es el líder del partido Al Dustur (la Constitución).

En la Plaza Tahrir, en tanto, donde se prepara una nueva manifestación de apoyo al golpe, Télam pudo constatar que miles de jóvenes con las caras pintadas con los colores de la bandera egipcia empiezan a completar este emblemático lugar.

Ataviados con cascos y largos palos, varios manifestantes realizan controles y revisan bolsos a los asistentes que comienzan a repletar la plaza, fuertemente vigilada por fuerzas militares y policiales.

A 15 kms de allí, en Nader City, en tanto, los partidarios de Mursi permanecen concentrados también para expresar su repulsa al derrocamiento y arresto del primer presidente de la joven democracia egipcia.

Las Fuerzas Armadas cerraron hoy las calles que conducen al este de la capital, con el objetivo de impedir que se produzcan enfrentamientos entre fieles y opositores a Mursi.

Las manifestaciones de los adherentes están inicialmente convocadas en la plaza Rabea al Adauiya y frente a la sede de la Guardia Republicana, en el barrio de Ciudad Naser, en el este de El Cairo, donde los islamistas creen que se halla retenido el ahora ex mandatario.

El Ejército desplegó blindados en torno al cuartel.

Según la TV estatal, los partidarios de Mursi ya habían cerrado previamente los accesos al cuartel general de la Guardia Republicana con piedras y barreras de metal, y formaron "comités populares" que se encargan de la seguridad.