Banderas, pancartas y carteles de bienvenida se advertían esta mañana en distintas ciudades de Cuba a la espera de la llegada del papa Benedicto XVI, quien comienza hoy una visita apostólica a la isla. En calles, avenidas, instalaciones públicas, templos católicos, vehículos, negocios y casas abundan las muestras de cálida acogida al "Peregrino de la caridad", lema que acompañará el segundo viaje a este país caribeño de un Sumo Pontífice, después del realizado por Juan Pablo II en 1998.

Particular ambiente reina en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, ubicada unos 900 kilómetros al este de La Habana, y en la capital, en las cuales se concentrará el programa de la visita papal, enmarcada en el Año Jubilar por los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona nacional para los católicos.

El Estado y la Iglesia católica desarrollaron esfuerzos conjuntos durante varios meses para garantizar el éxito de la visita de Su Santidad, quien arribará al país a las 14 hora local (las 13 en la Argentina) procedente de México, donde inició su gira americana. Destaca entre las condiciones creadas para la estancia del Papa el montaje de altares de grandes dimensiones para las eucaristías públicas en las Plazas de la Revolución de Santiago y La Habana, donde se espera la asistencia de cientos de miles de personas.

El Papa alemán visitará mañana el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, símbolo de unidad del catolicismo y de la historia del país, y también venerada como la deidad Ochún en los cultos sincretistas de la santería cubana. El santuario, a 20 kilómetros de Santiago de Cuba, fue restaurado especialmente para que Benedicto rinda tributo de manera oficial al 400mo. aniversario del descubrimiento de la imagen de la también llamada "virgen mambisa".

El miércoles, ya en La Habana, el pontífice tendrá su recibimiento oficial y celebrará el acto central de su visita con una misa a cielo abierto en la Plaza de la Revolución, donde se espera una masiva concurrencia, incluyendo a casi 400 cubanos exiliados en Miami.
Es en esta homilía se espera que Benedicto condene el bloqueo económico de más de medio siglo, tal como días atrás se pronunció oficialmente el Vaticano, al dar detalles del viaje del Sumo Pontífice.

En tanto, sectores de la disidencia, como el grupo Damas de Blanco, aspiran a que el Papa aborde la situación de los derechos humanos y se reúna, al menos por pocos minutos, con sus representantes, lo cual tampoco está en la agenda.