El canciller Héctor Timerman reiteró este martes en Nueva York el reclamo ante el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, para el inicio de negociaciones en torno a la soberanía de las Islas Malvinas, pero lamentó que Gran Bretaña "rechace la misión de buenos oficios" que lleva adelante el dirigente surcoreano.

El canciller argentino señaló que Ban-Ki-Moon "nos confirma que Gran Bretaña rechaza la misión de buenos oficios", pese a que -recordó- "fue ordenada por todos los países de la ONU".

Timerman mantuvo una reunión con el titular de la ONU en la sede del organismo de esa ciudad estadounidense, adonde asistió en compañía de los cancilleres de Uruguay, Luis Almagro (en ejercicio de la presidencia pro témpore [PPT] del MERCOSUR);
Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla (PPT CELAC ); y por el Vicecanciller del Perú, José Beraún Aranibar (PPT UNASUR).

Esos funcionarios manifestaron junto a Timerman el respaldo de América Latina y el Caribe a los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

En la conferencia de prensa tras la reunión, Timerman agradeció la "solidaridad de América latina y el Caribe" por la causa Malvinas y reiteró que el reciente referendum que organizaron los isleños para ratificar su deseo de seguir bajo la órbita británica fue "ilegal" y "no reconocido por la ONU".

El canciller consideró al respecto que "si hay un pueblo afectado" por la cuestión de Malvinas "es el argentino", porque debido a la ocupación británica "no puede ejercer soberanía sobre la totalidad de su territorio".

"Quiero reiterarles que la Argentina quiere una resolución pacífica y acepta la definición de Naciones Unidas que dice que es un problema en torno a las Islas Malvinas de soberanía", sostuvo.

El canciller aprovechó además para volver a denunciar "la militarización de la zona de Malvinas por el Reino Unido" y recordó que se trata de "una zona de paz" donde está prohibida la provisión de "armas nucleares".

Timerman remarcó que la postura estratégica británica sobre Malvinas es conservar "una base militar con alta tecnología ofensiva, cerca de la Antártida y único paso natural entre el Atlántico y el Pacífico".