China rechazó por "inaceptables" las críticas sobre su actitud con respecto al conflicto sirio vertidas por EEUU, en tanto Rusia calificó de "asimétrica e inmoral" a la reunión de los países del Grupo de Amigos de Siria realizada en París.

En el cierre del encuentro de ayer del Grupo de Amigos de Siria, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, criticó a China y Rusia por bloquear los esfuerzos de paz e instó a los oponentes del presidente Bashar al Assad a hacerles "pagar un alto precio" por eso.

La respuesta no se hizo esperar y hoy la portavoz del Ministerio del Exterior chino, Liu Weimin, afirmó a través de un comunicado que su país "contribuyó en gran medida a buscar soluciones en Siria".

"En el problema de Siria, la posición justa y constructiva de China y sus contribuciones a los esfuerzos diplomáticos han obtenido el amplio apoyo de partes relevantes de la comunidad internacional", dijo Liu, según informó la agencia DPA.

Por su parte, y a través de otro comunicado, el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexander Lukashevich, tuvo una dura respuesta a las acusaciones vertidas por el grupo de países que impulsan la salida del gobierno del presidente sirio.

"Rusia, China y varios países que mantuvieron tradicionalmente relaciones amistosas con Siria y su pueblo, rechazaron unirse a estos `amigos` porque creemos que el formato elegido no sólo es políticamente incorrecto, sino también inmoral", sostuvo Lukashevich.

Asimismo, afirmó que la "amistad" del grupo con la oposición siria podría empeorar el conflicto entre el Gobierno y los rebeldes. "Esto sólo puede significar una cosa: la continuación del derramamiento de sangre y nuevas tragedias", subrayó.

"Tenemos la impresión de que algunos de los participantes en el encuentro del 30 de junio en Ginebra no se toman en serio la responsabilidad que implican las provisiones de su comunicado final", añadió, según informó la agencia rusa RIA Novosti.

En esa reunión de Ginebra, los cancilleres de los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China), de naciones de Medio Oriente, así como representantes de organizaciones internacionales, acordaron los principios de arreglo del conflicto en Siria.

Básicamente, acordaron poner cese a la violencia y crear un gobierno de transición que incluya a todas las fuerzas políticas, como lo propone el nuevo plan de paz del enviado especial de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan.

Sin embargo, en la reunión de ayer en París, Estados Unidos y sus aliados llamaron al Consejo de Seguridad de la ONU a aprobar con rapidez sanciones globales contra Siria para forzar la renuncia de Al Assad.

Representantes de 107 países y organizaciones árabes y occidentales, nucleadas en el llamado grupo Amigos de Siria, subrayaron la necesidad de adoptar sanciones no militares, pero advirtieron que impulsarán una posible intervención armada externa en caso de que las penalidades no surtan efectos.

"La caída del régimen sirio es ineluctable", aseguró el presidente francés, François Hollande, en el encuentro que se desarrolló en el Centro de Conferencias Ministeriales de la capital francesa.

Y el canciller francés, Laurent Fabius, fue más allá al lanzar un ultimátum hecho y derecho: "Señor Bashar Al Assad, debe dejar el poder, y mientras más rápido, mejor", advirtió.

Sin embargo, los Comités de Coordinación Local sirios (CCL) aseguraron ayer mismo que esperaban "mucho más" de la reunión mantenida por el Grupo de Amigos de Siria.

Jaber Zaien, uno de los representantes de los CCL, advirtió que se necesitan "acciones más duras, incluyendo el respaldo a la imposición de una zona de exclusión aérea", según informó la agencia de noticias Europa Press.

No obstante, una intervención armada choca con la oposición frontal de Rusia y China, quienes cuentan con derecho a veto en el Consejo de Seguridad y se oponen a exigir la partida de Al Assad.

Por tal razón, Moscú denunció también hoy que el Grupo Amigos de Siria "organiza reuniones político-propagandísticas en las que el destino de Siria se debate en ausencia de sus representantes y se oyen fuertes llamamientos de la oposición para lanzar una lucha para derrocar al liderazgo sirio".

"Estas llamadas -aseguró Lukashevich- se están viendo fortalecidas por las generosas promesas de apoyo financiero y económico a los rebeldes, así como los rumores tras los focos de la posibilidad de ejecutar un escenario militar".

En ese marco, Japón anunció hoy un aumento de las sanciones económicas y comerciales ampliando el número de miembros de la administración Al Assad que tienen congelados dinero y activos en entidades japonesas, así como prohibiendo el aterrizaje en el país de vuelos charter procedentes de Siria.

La ONU estima que más de 10.000 personas murieron en el conflicto, que comenzó en marzo de 2011 con protestas pacíficas y rápidamente reprimidas y se agravó al aparecer una insurgencia armada formada por soldados desertores e islamistas radicales.

Estos grupos islamistas radicales están financiados y apoyados desde el exterior por Al Qaeda, según confesó el propio líder de la red fundamentalista, Ayman al Zawahiri, y reconocieron el director de Inteligencia Nacional estadounidense, James Clapper; el titular de la ONU, Ban ki Moon; y gobierno de Irak.

Paralelamente continuaron los bombardeos desde territorio de Siria hacia poblaciones del norte del Líbano donde se refugiaron rebeldes sirios, con un saldo de al menos cinco muertos según denunciaron fuentes de los propios insurgentes.

En la aldea de Al Mahatta, una vivienda fue destruida y en ella falleció una menor de 16 años, en tanto dos niños de 2 y 4 años de edad de su misma familia fueron heridos, informó la agencia Europa Press. Una mujer de 25 años y un hombre han muerto en pueblos vecinos y dos beduinos corrieron igual suerte en Hishe.

El presidente libanés, Michel Suleiman, ha publicado un comunicado en el que lamenta estas muertes y se compromete a impulsar una investigación al respecto.