La cúpula militar de Bolivia ordenó ayer la destitución por sedición de 702 militares de bajo rango que desde hace tres días realizan protestas callejeras en demanda de un "trato igualitario" en las fuerzas armadas. "El ejército, la fuerza aérea y la armada, en aplicación estricta de la ley, han dispuesto el retiro obligatorio de suboficiales y sargentos que deliberadamente faltaron a sus fuentes de trabajo, cometiendo actos de sedición, motín, acción política y atentaron contra el honor de las fuerzas armadas'', dijo en un comunicado el Comando en Jefe de Bolivia.

Los militares destituidos exigen "un mejor trato" en las fuerzas armadas. Argumentan que en los cuarteles, sargentos y suboficiales no pueden usar los mismos sanitarios que los oficiales, y tampoco tienen acceso a los mismos salones. Además, se quejan de que tampoco pueden aspirar a cursos de posgrado en las mismas condiciones. Según su versión, hasta la atención médica en los hospitales militares es preferente para los oficiales.

El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, dijo anteayer que esa situación está cambiando y que desde 2015 sargentos y suboficiales accederán a becas para estudiar en las mismas condiciones que los oficiales. La inédita protesta creció ayer cuando poco más de mil sargentos y suboficiales marcharon por las calles de La Paz junto a un grupo de sus esposas y líderes indígenas aymaras que apoyan sus demandas.

Ataviados con uniformes de camuflaje, los militares rebeldes concluyeron su marcha con un acto político en una plaza céntrica de La Paz. Los manifestantes pidieron reunirse con el presidente Evo Morales -en su calidad de capitán general de las fuerzas armadas-, pero el mandatario se ha mantenido al margen del conflicto. En Bolivia, los oficiales de diversos grados suman más de 10.000 efectivos, mientras que apenas hay 20.000 soldados rasos.