"Es fácil dispararle también a este papa, pero nadie tiene interés en hacerlo". Con esa advertencia, lanzada durante una entrevista con un medio italiano, Ali Agca, quien intentara matar a Juan Pablo II en 1981, encendió todas las alarmas en el Vaticano.

Agca, que pasó 19 años en la cárcel por el magnicidio fallido y luego purgó 10 más en su país por delitos anteriores, dijo que "si alguien quisiese (dispararle al Papa) podría hacerlo muy fácilmente, pero no le importa a nadie. El Papa Francisco es un simple párroco de provincia".

En diálogo radial, dijo tambioén: "Yo ahora vivo en Turquía y no tengo ningún plan para matar al Papa Francisco, tranquilizo al Vaticano, Me gustaría dispararle al presidente Obama, sí. Pero estoy bromeando".

A continuación dijo que le gustaría volver a Italia "para visitar la tumba del Papa polaco" y encontrarse "fraternalmente" con Francisco. "Pero el gobierno italiano me ha prohibido volver. Hago un llamado al Premier Letta para que me deje entrar, de otro modo podría ir clandestino, no arriesgo nada, ni siquiera la cárcel".

"Quisiera volver al lugar del atentado en plaza San Pedro, porque no fue un delito sino un milagro. Y dejar una rosa blanca en señal de reconciliación", agregó.