Varios miles de personas de distintas edades participaron de la ceremonia y los "teens" desafiaron al viento ribereño, en ese predio que no tiene reparo de abrigo alguno, luciendo camisetas del grupo en varios modelos, adquiridas en un stand de "merchandising oficial" al bonito precio de 90 pesos.

NTVG comenzó su noche de 30 temas 40 minutos más tarde de lo anunciado y fue precedida por los también charrúas de Cuatro Pesos de Propina, teloneros que no dejaron de repetir sus agradecimientos a los titulares por permitirles actuar allí y fueron recibidos con aprobación.

Lo importante comenzó con "Sin pena ni gloria", un tema con toques metafísicos que el público demostró conocer bien y tras la primera emoción por la presencia de los artistas -y del vocalista Emiliano Brancciari sobre todo- muchos se dedicaron a corear.

La imprudencia de haber concurrido sin abrigo resultó favorable para muchos para dejarse llevar por el inevitable ejercicio físico del pogo en los momentos más rockeros y a acompañar la música en otras ocasiones con atisbos de baile, balanceos casi místicos o sonoras palmas.

Además de Brancciari -argentino nacido en Munro, provincia de Buenos Aires- el grupo se integra con Guzmán Silveira (bajo y coros), Gonzalo Castex (percusión), Diego Bartaburu (batería), Martín Gil (trompeta y coros), Denis Ramos (trombón), Mauricio Ortiz (saxo tenor), Pablo Coniberti (guitarra) y Francisco Nasser (teclados) en lugar del fallecido Marcel Curuchet.

En una noche de blues, ska, reggae y hasta una chacarera tocada a su estilo, la banda ofreció títulos como "Destierro", "Te voy a llevar", "Por el agua", la sensible "Hasta nunca" y la enigmática "Clara", gran canción de amor.

Con evidentes contactos musicales con Los Auténticos Decadentes -sobre todo en el uso de los bronces- los uruguayos eluden en sus creaciones el tono zumbón y fiestero de esos argentinos y se vuelcan más a lo existencial y hasta lo sentimental, sin temor en algún caso -como en "Chau"- de bordear lo cursi.

Hubo muy buenos momentos que el grupo supo dosificar y que en los "fans" lograron una total adhesión, como "El error", "Ese maldito momento", "Cero a la izquierda" y la difundida "Fuera de control", que cerró la actuación antes de los bises.

Entre los invitados estuvieron Fernando Ruiz Díaz, fundador de Catupecu Machu, Chano Moreno, de Tan Biónica, y Ciro Martínez, de Los Persas, que se prendieron a la tendida y disfrutaron con los dueños de casa del apego de la asistencia.

También se oyeron "Mil días", "Tu defecto es el mío", "Nada fue en vano", "Mirarte a los ojos", "La soledad", "El camino", "Angel con campera" y, en el primer bis, "Te abracé en la noche", de su coterráneo Fernando Cabrera, cantado "a capella" mientras en la pantalla aparecía el recordado Marcel Curutchet, "Curucha", en imágenes de gran emotividad.

El show destacó además por las bellas y acertadas imágenes que aparecían en las varias pantallas y que mezclaron figuras ya programadas con otras que se iban generando durante la actuación; resultó una pena no saber quién fue el artista responsable.

Previo a la actuación, Brancciari agradeció y festejó con los presentes las 30 toneladas de artículos de limpieza que, a convocatoria de NTVG, fueron aportados por el público para paliar los daños provocados por el temporal en la ciudad de La Plata.