“El de Valeria es un personaje muy fuerte y distinto a lo que estaba haciendo, porque viene de un contexto de marginalidad, agresión y falta de educación que la hacen consumir sin pensar en las consecuencias; es una mujer con un agujero emocional muy grande”, explicó Dupláa antes de comenzar la función.

“Y a la vez -agregó- tiene una relación con Mario (Echarri), un ex adicto que acaba de salir de la cárcel, de mucho amor y de transgresión, de muchos límites que provocan heridas gravísimas y lo curioso es que no me resultó difícil ponerme en su lugar, porque si bien no se me parece en nada, es como si pudiera sacarla de adentro mío”.

Sin embargo, el cambio radical de personajes no fue fruto de una intencionalidad actoral de la actriz para no quedar asociada al papel de Falsini, sino más bien el resultado de una absoluta casualidad.

“No soy de esos actores que son `tomados por el personaje y necesitan salirse´, me lo tomo de otra manera y disfruto lo que me viene.”

“Estos cambios abruptos me pasan seguido, lo cierto es que siempre me proponen proyectos diferentes; no lo busco, ni tengo deseos de determinados personajes: disfruto de las cosas que vienen y listo”, advirtió la actriz de programas tan disímiles como “Verano del 98” y “22, el Loco”.

"Hacía 14 años que no actuaba en teatro", concluyó la protagonista de “El Hijo de P*#@ del Sombrero”.