Jura que no se grabó nunca teniendo sexo con su marido, y que de hacerlo guardaría el video "bajo siete llaves", pero la modelo Karina Jelinek se despachó sobre todos los detalles de su intimidad con Leonardo Fariña, con quien se casó hace tres meses.

"En mi neceser guardo cotonetes, supositorios, vaselina y aceite de Kamasutra con olor a cereza, que también es comestible y se compra en los sex shops o en Victoria's Secret, y sirve para tener más sensibilidad a la hora de la intimidad", lanza Karina Olga a la revista Gente.

Ahora que es una mujer casada, la morocha de 28 años tiene una seguidilla de tips para las simples mortales con ganas de agasajar a sus hombres: "El perfume afrodisíaco que uso es con ferormonasm para atraer a mi marido ¿Mis juguetes eróticos? La mariposita y el delfín. Pero también tengo el traje de Batman, el de Gatúbela y un par de esposas que todavía no usé", comentó.

Jelinek se instaló con su "maridito", como llama a Fariña, en un piso de 400 metros cuadrados sobre la avenida Libertador. Ahí, la pareja vive a base de delivery (en su heladera sólo hay queso, champán y fruta, dice ella), pero cuando cocina, arde Troya.

"Cuando quiere sus milanesitas caseras con puré, lo espero a cara lavada y muy perfumadita, porque soy maniática de los olores y por eso tengo 100 perfumes. Me visto con un baby doll, portaligas y un mini delantal. El se pone tan fogoso que las milanesas casi siempre se me queman", explicó.

"Amo a mi marido. Aunque a Leo no lo conozco mucho y lo estoy conociendo con el correr de los días, te puedo decir que es un dulce, un tierno y me cumple todos los caprichitos, aunque ahora tengo menos que antes", convino la modelo, que tiene su propia línea de accesorios. Al parecer, conocer el límite de la tarjeta de crédito también es un gran afrodisíaco: "Desde que estoy casada cambié: antes gastaba mucho y ahora me volví más generosa", aseguró.