“La obra está conectada con el problema del maltrato infantil. lo bueno de la pieza es que no tiene un carácter atosigante ni posee morbo”, enfatizó Federico Luppi, al describir la obra que lo tendrá sobre un escenario porteño a partir del próximo fin de semana, La noche del ángel.

“Todo lo que un adulto haga repercute inequívocamente en la conducta del chico”, remarcó el artista.

Su padre. “Lector empedernido, amante del Martín Fierro y un poco primitivo. Muy conservador pero con pensamientos primarios, por momentos”, precisó el actor.

“Mi padre era un tipo bastante duro pero de una enorme generosidad. Muy amigo de sus amigos y muy paternalista con los peones”, señaló Luppi.

Actúa porque “una vez fui a la escuela de bellas artes para ser dibujante de historietas y conocí gente de teatro. La actuación lleva a una persona a ser el centro de atención”, sostuvo.

“Es un trabajo maravilloso; el único oficio que envejece con la persona. La vida de la ficción suele ser más atractiva que la realidad de los conceptos”