"Es una decisión muy dolorosa, pero es la única que -en un momento dramático para el teatro- puede contribuir a su renacer", se explayó el jefe comunal.

La noticia, que recorre los medios europeos, repasa el amargo presente de la emblemática sala que arrastra un déficit de 28 millones de euros y debe más de tres millones a los acreedores, y que dos semanas atrás perdió a su director, Riccardo Muti.

Marino, que ostenta además la presidencia del consejo de administración de la Ópera, aseguró que "la dolorosa despedida" de Muti generó "un descenso de los abonados y la fuga de los patrocinadores”.

El superintendente del teatro, Carlo Fuortes, añadió que la salida de los 182 trabajadores supone un ahorro para la institución de 3,4 millones de euros y animó a los músicos a organizarse en una cooperativa y vender sus servicios al teatro.

La prestigiosa sala de la capital italiana conserva en su staff a otros 278 empleados que participan de la activa vida sindical que agitó los últimos tiempos en el seno de la Ópera.