El primero de los tres bloques de los Pumas en el Rugby Championship 2014 ya pasó, pero será difícil dejarlo atrás. En la memoria quedarán dos grandes actuaciones y dos derrotas duras de asimilar ante los Springboks. La de Pretoria fue atípica por la lluvia. La del sábado en Salta, en cambio, dejó una sensación de ambigüedad: ilusión por la vistosidad del rugby desplegado, decepción por otra victoria que se escapa por defecto propio, tal como sucedió en los dos anteriores enfrentamientos ante los sudafricanos en casa. Veinticuatro horas, claro, no alcanzan para tapar el sinsabor. "La bronca nos va a durar hasta que les ganemos", rectifica Mariano Galarza , uno de los puntos más altos en el equipo en estos dos partidos. El segunda línea le agregó a su consabida valía en las formaciones fijas un gran despliegue en el juego suelto, tanto para tacklear como para disputar el ruck y favorecer la liberación de pelota veloz que pregona Daniel Hourcade.

El forward afirmó que para poder derrotar a las potencias, hay eu "jugar los partidos los 80 minutos. Siempre hay cinco o diez minutos en los que nos falta concentración. No hay excusas. Es aprender a ganar los partidos".

También destacó el buen trabajo realizado en la caida por dos puntos (33 a 31), a falta de 4 minutos para el cierre. "Fuimos claramente superiores por 65 minutos. El sábado sentí que lo ganábamos, y se nos terminó yendo. Trato de buscarle explicación, pero no le encuentro".

Los Pumas tendrán 14 días para recuperarse antes del choque con Nueva Zelanda en Napier. Pablo Matera es el más comprometido, con un golpe en el hombro; Nicolás Sánchez terminó con una lesión en el tobillo, y Martín Landajo con una contractura en el isquiotibial que traía de arrastre. Los entrenamientos se reanudarán el jueves en Champagnat y al día siguiente partirán hacia Nueva Zelanda con 28 jugadores para jugar el sábado 6 de septiembre ante los All Blacks.