Y por muchas veces que regrese a la capital británica, esta ciudad cosmopolita y multicultural, siempre le guardará alguna sorpresa. Este es uno de los motivos por los que ha recibido más de catorce millones de turistas en el último año y está entre las más visitadas del mundo.

¿Quién no ha oído hablar del Big Ben, de la Torre de Londres, del Museo Británico? Son sólo tres lugares imprescindibles en una visita corta a la capital británica, que obliga a seleccionar lo que hay que ver y donde el metro de Londres, el más antiguo de Europa, es un buen anfitrión para descubrir, parada por parada, sus rincones más históricos.

Dentro del círculo que forman las estaciones de Charing Cross, Westminster, Covent Garden, Oxford Street y Victoria se sitúan buena parte de los atractivos que todo turista que acude por primera vez a Londres no debe perderse. Hay tiempo para disfrutar este verano de los Juegos Olímpicos y, aunque solo sea en un fin de semana, visitar el Londres imprescindible y en metro….

LO MÁS TÍPICO.

Para empezar un recorrido concentrado en un par de días por lo más turístico y emblemático de Londres lo mejor es situarse en Trafalgar Square (metro Charing Cross), plaza que conmemora la victoria del almirante Nelson, cuya estatua de 50 metros preside su espacio central, el punto preferido por los londinenses para citarse.

En su lado norte se ubica la Nacional Gallery, donde seguramente no tendrá tiempo de contemplar sus más de dos mil cuadros, pero sí de seguir una ruta de las cuarenta mejores obras que ha seleccionado la pinacoteca para hacerse una idea de las pinturas que aquí se guardan. Entre ellas: “Los girasoles”, de Van Gogh; “La venus del espejo”, de Velázquez, y la obra de Rubens “Sansón y Dalila”.

Desde aquí, y siguiendo la gran avenida “The Mall”, podemos contemplar el clásico cambio de guardia en el Palacio de Buckingham, uno de los símbolos de Gran Bretaña, que entre los meses de mayo a julio se realiza todos los días a las 11,30 horas.

Tras esta ceremonial visita y atravesando Saint James, uno de los parques más antiguos y hermosos de Londres, es el momento de acercarse a la zona de Westminster (estación de metro del mismo nombre), donde se localizan los puntos más turísticos de la ciudad.

Entre ellos, la abadía del mismo nombre, lugar de coronación de reyes y otras ceremonias de Estado. En su interior se encuentra una de las mejores colecciones de tumbas y mausoleos del mundo.

A la izquierda de este templo se alza el icono más famoso de la ciudad, el Big Ben, que da nombre a la campana que marca las horas en el edificio del Parlamento desde 1859. No hay turista que se marche de Inglaterra sin antes hacerse una fotografía ante sus más de cien metros de altura.

Desde este lado del río Támesis tendrá más fácil captar los 135 metros de altura del London Eye, la gran noria de Londres visitada por más de 3,5 millones de personas al año, que es la atracción turística de pago (desde 17 libras) más popular en todo el Reino Unido.

A bordo de una de sus 32 cabinas podrá contemplar una de las mejores vistas de toda la ciudad que, en días claros, algo poco habitual en Londres, puede divisar hasta 40 kilómetros a la redonda, a una velocidad “de vértigo”: ¡¡¡26 centímetros por segundo!!!.

UN LONDRES DE ALTURA.

Sí las alturas no es problema para usted, la visita a la catedral de San Pablo es otro punto turístico indispensable donde podrá acceder a su cúpula, la segunda más grande tras la de San Pedro del Vaticano.

Para ascender a sus 110 metros deberá subir más de 500 escalones, aunque las vistas de la City londinense, el emblemático puente del Milenio sobre el Támesis y la Tate Modern, la galería que alberga una de las mejores colecciones de arte contemporáneo del mundo, merecen este esfuerzo.

Aunque hablando de museos, deberá seleccionar muy bien lo que quiere ver del Británico porque, para empaparse de los cuatro kilómetros de galerías necesitaría un par de semanas. Como seguro que no es el caso, mejor sería apuntar lo que no debe perderse: la piedra Rosetta, la reproducción del Partenón de Atenas o la colección de momias egipcias.

El Museo de Historia Natural y el Victoria & Albert Museum, a escasos cien metros uno del otro, son visitas que no pueden faltar entre los clásicos de Londres, como tampoco la Torre de Londres, la fortaleza que guarda los tesoros de la corona.

Cercano a este punto, se levanta el Tower Bridge, otro de los símbolos de la capital británica, y uno de los mejores lugares para comprobar la vitalidad de una ciudad que siempre merece una segunda oportunidad, porque es imposible ver todo lo interesante que contiene en una sola visita.

Por Juan A. Medina