Desde los primeros minutos, el último campeón mundial, Italia, fue totalmente superada por un equipo que salió convencido a ganarle el partido.

Con el correr de los minutos, la superioridad se fue acrecentando: Eslovaquia dominaba el ritmo del juego, controlaba la circulación de la pelota y atacaba a una Italia desorientada y desorganizada.

El buen rendimiento de los eslovacos se plasmó a los 25 minutos de la primera etapa cuando Vittek (figura del encuentro) abrió el score gracias a una precisa definición.

Los dirigidos por Lippi no reaccionaron y siguieron sin encontrarle la vuelta a un partido que en los papeles parecía más accesible.

La segunda etapa fue un espejismo de la primera: los azurri eran superados en todas las líneas y no generaban peligro en el arco de Mucha.

A los 68, Italia pudo emparejar la historia, pero el defensa Skrtel (Esvoquia) sacó, en la línea, el remate de Quabriallera.

Eslovaquia no perdonó la imprecisión de Italia y Vittek marcó nuevamente el segundo a los 73.

Pocos minutos después, el goleador de la Seria A, Di Natale, descontó y abrió una cuota de esperanza para un equipo que luego atacó desesperadamente y sin ideas.

A los 89, Kuponek sentenció la historia. Sin embargo, los italianos reaccionaron y sobre el final, Quabriallera descontó para un equipo que se quedó sin tiempo para empatar y soñar con la clasificación.

Con este resultado, el último campeón mundial quedó eliminado en primera fase por segunda vez en su historia (la anterior había sido en Inglaterra 1966).
 
Paraguay quedó primera en el Grupo F con cinco unidades, mientras que Eslovaquia finalizó en la segunda posición con cuatro puntos.