En aquel viejo reducto, donde jugó desde junio de 1924, y al que los espectadores concurrían de sombrero y traje con corbata; Boca superó a infinidad de rivales hasta que jugó su último partido, el 10 de abril de 1938, en un campeonato que ganó Independiente con el goleador paraguayo Arsenio Erico como figura.

Lamentablemente, en esa despedida, en Brandsen y Del Crucero (hoy Del Valle Iberlucea), el `xeneize` cayó por 2 a 1 ante su tradicional River Plate, para el que marcaron Eladio Vaschetto y el `Charro` José María Moreno, mientras que para Boca señaló Miguel Careri.

Boca alistó esa tarde a Juan Estrada; Luis Menéndez y Víctor Valussi; Antonio Martínez, Francisco Angeletti y Pedro “Arico” Suárez; Alfredo Gáspari, Alfredo González, Francisco Varallo, Roberto Cherro y Careri.

Durante la construcción de su nueva cancha de cemento, que duró dos años, Boca comenzó a jugar de local en la cancha de Ferro, en el barrio de Caballito que, debido a la popularidad del equipo de la Ribera, debió ser reacondicionada para aumentar su capacidad.

Para ello, se utilizaron los restos de las tribunas de madera de la antigua cancha `xeneize` y que hasta hace pcoo estaban en las instalaciones de Ferro.