"Yo veía los carteles", recuerda Kiria sobre sus primeras veladas como espectadora, "y decía: 'guau, siempre los nenes. ¡Hace falta una nena!'. No tardó en probar. "Me integré en el grupo de boxeadores y el talento salió rapidito", reconoce. Diez años después, el oro panamericano refrendó lo acertado de aquel paso.

Desde la primera edición de los Juegos en 1896, vetada a la participación femenina, hasta la casi igualitaria de Pekín 2008, en la que se inscribieron 4.639 mujeres (un 42 por ciento del total), la historia olímpica ha dado zancadas gigantescas en pos de la paridad, sobre todo en las tres últimas décadas. Pero quedaba un único deporte por unirse a esta tendencia, el boxeo, que por fin cubrirá el vacío en Londres 2012.

Cuando empezó a ponerse los guantes, Kiria Tapia era la única mujer sobre el ring del residencial público de Monte Hatillo, en San Juan. Ni la ausencia de otras mujeres ni la temprana maternidad le impidieron seguir. "No ha sido nada fácil. Mi nena tiene cuatro años y tengo que dejarla al cuidado cada vez que entreno o que viajo. Pero querer es poder, para mí no hay nada imposible", asegura.

Hoy, cientos de mujeres intercambian golpes sobre cuadriláteros de todo el mundo con el deseo de ser olímpicas. Saben que la competencia por las plazas será feroz: frente a los diez pesos en los que competirán los hombres en los próximos Juegos, las mujeres lo harán solo en tres. Habrá 250 plazas para ellos, por solo 36 para ellas.

El boxeo practicado por mujeres es un deporte de larga tradición en países como Estados Unidos, México, Argentina o Alemania. En otros, como España, estaba "prácticamente extinguido" y, con la excusa de los Juegos, se ha reunido a un grupo de chicas que empiezan "a recibir dinero, a ir a concentraciones, a viajar a los Mundiales" para adquirir experiencia, explica la campeona nacional Jennifer Miranda.

El seleccionador español, el ex boxeador José Gutiérrez, considera que "no hay diferencias" entre entrenar a chicos y a chicas. "Si acaso", admite, "me ha sorprendido un poco la psicología femenina, porque es más fuerte que la de los hombres".

Incluso en Afganistán se ha creado un club femenino de boxeo. La iniciativa es "un mensaje muy fuerte sobre los cambios que experimenta un país y una realidad que no se limita solo a bombas y muertes", apunta el entrenador, Ahmed Nabizader, que ha recibido amenazas que le recuerdan que el boxeo femenino es 'haram' (pecado).

En cambio, en el paraíso del boxeo aficionado masculino, la isla de Cuba, las autoridades no amparan la práctica del femenino porque no lo consideran un deporte propio de mujeres.

DEPORTE E IGUALDAD.

Otras modalidades olímpicas en las que ya competían ambos sexos, pero que ofrecían más pruebas masculinas, han modificado su programa para acercarse a la igualdad. El ciclismo en pista es un claro ejemplo: mientras que en Pekín 2008 hubo siete especialidades masculinas y tres femeninas, en Londres habrá cinco y cinco.

El Comité Olímpico Internacional (COI) alienta la admisión, en la medida de lo posible en cada deporte, de pruebas mixtas. En los Juegos del próximo verano se recuperará una disciplina muy atractiva para el público y de ganada reputación en el circuito mundial de tenis, los dobles mixtos, que no eran olímpicos desde 1924. Los serbios Djokovic-Jankovic, los checos Berdych-Kvitova o los estadounidenses Fish-Williams pueden formar parejas temibles.

Lo que ya está determinado es que serán las mujeres quienes abrirán la competición en los Juegos de Londres: el fútbol femenino tendrá el honor de estrenar el programa, con los seis partidos que se disputarán en las subsedes de Cardiff, Glasgow y Coventry el 25 de julio, dos días antes de la inauguración oficial.