La antigua barra brava de Quilmes, del barrio Los Alamos, hizo uso del estadio para homenajear a un hijo muerto de su jefe José María, durante un partido de Reserva frente a Unión de Santa Fe.

 La barra tenía permiso de la dirigencia del Cervecero, para llevar adelante el cortejo fúnebre. La idea era hacerlo antes del partido de Reserva ante Unión, pero se terminó atrasando.

Alrededor de 200 personas llegaron hasta la tribuna disparando al aire en pleno segundo tiempo, cuenta el diario. El árbitro, Sebastián Habib, debió parar el partido. El arquero de Unión, Joaquín Papeleo, puso en su Twitter: “Tiraron un par de tiros, buen cagazo me pegué, estaban atrás del arco donde yo estaba”.

Por Radio Continental el director técnico del conjunto santafesino, Horacio Humoller, sostuvo: “Llegamos y una persona de seguridad nos comentó que posiblemente iba a ingresar al estadio un cajón del hijo de un barra que falleció y como homenaje lo iban a pasear por la tribuna y se luego se retirarían”.