El tradicional ómnibus que transporta a la delegación albiceleste llegó a las 13.20 al hotel Radisson de la zona de Barra de Tijuca, en el marco de un fuerte operativo de seguridad, que incluyó más de 40 efectivos de la Policía brasileña.


Alrededor de 100 simpatizantes argentinos, que se ubicaron detrás de los vallados instalados oportunamente por los encargados de la seguridad del establecimiento, vivaron intensamente a los dirigidos por Alejandro Sabella, incluso, hasta tarareando el estribillo del Himno Nacional.


La explosión principal se produjo cuando Lionel Messi, con su valija, descendió del micro y raudamente se dirigió hacia el lobby del hotel.