Patricia Perea, quien murió ayer en su Córdoba natal, escribía en la revista "Expreso Imaginario" sobre rock. En septiembre de 1979 Serú Giran brindó un concierto en el Club Municipal de barrio Alta Córdoba y Perea escribió: "Participamos de un espectáculo decadente (conste que digo espectáculo y no concierto) en el cual García empleó más su cotizado tiempo en hacer híbridas cabriolas sobre el escenario que en usar sus teclados". Tras leer esta crítica, Charly se enojó y en una canción contó el romance que “Peperina” tenía con Daniel Grinbank, mánager de Serú Girán.

A partir de ese momento la vida de Patricia Perea fue un calvario psicológico, y logró mantenerse medianamente a flote al dedicarse a estudiar filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba.

“Por mucho tiempo quedé estigmatizada en el personaje Peperina. Hubo personas que se sintieron muy heridas con esa crítica, con el hecho de que una adolescente les dijera la verdad. No les gustó, además, que no quisiera prenderme en la de ellos. Tuve ofertas para meterme en sus historias, pero yo sabía que no iba a terminar bien”, le contó al diario La Voz del Interior hace un par años.