Santa Fe, una de las ciudades más futboleras de Argentina, eligió el estadio del Colón como bandera para la Copa América.

Basta con pisar la ciudad de Santa Fe para sentir fútbol. "¿Colón o Unión?", es la pregunta obligada de cualquier visitante que quiera entablar una charla amistosa con un taxista, esos psicólogos ambulantes que ante la más mínima mención del asunto contarán al viajero vida y obra de los equipos más representativos de la capital de la provincia homónima.

Quizás sea por esa frenética pasión por el fútbol por lo que la ciudad ha sido elegida como una de las ocho sedes de la Copa América y, en este caso, su emblema será el estadio del Colón, para envidia de la contra.

Lo llaman el "Cementerio de los Elefantes" porque durante muchísimo tiempo los grandes equipos del fútbol de Argentina mordían el polvo cada vez que lo visitaban. Un mito que se alimentó cuando el Colón logró derrotar en partidos amistosos al Santos de Pelé en 1964 y poco después a la mismísima selección argentina.

Fue inaugurado el 9 de julio de 1946 en la zona sur de la ciudad y con el nombre de Eva Duarte de Perón, en homenaje a la segunda esposa del tres veces presidente del país Juan Domingo Perón, quien había apoyado con tesón la afiliación del Colón a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Pero en 1955 un golpe de Estado derrocó a Perón y la dictadura que se instaló en el poder prohibió tanto su nombre como el de su esposa, por lo que el estadio pasó a llamarse Brigadier General Estanislao López en honor a un caudillo y militar que había gobernado la provincia de Santa Fe entre 1818 y 1838.

El escenario tiene una capacidad para unas 32.500 personas, aunque se calcula que las obras de remodelación que se están efectuando, y que se espera que estén listas el 5 de mayo, el día del cumpleaños del club, elevarán el aforo a 40.000 espectadores.

Uno de los motivos de orgullo del estadio es el tablero electrónico, con la misma tecnología que la utilizada en el estadio de Wembley de Londres y una inversión de 500.000 dólares.

Para esta edición de la Copa América, el estadio estrenará nueva fachada y accesos, acondicionará la iluminación para satisfacer las exigencias de la televisión, que transmitirá en alta definición, y contará con un nuevo sistema de fibra óptica para el trabajo de la prensa.

También se construye un estacionamiento para 350 automóviles y se llevan a cabo mejoras en el campo de juego con el objetivo de que "el estadio quede reluciente", en palabras del presidente del Colón, Germán Lerche, quien precisó que las obras han costado unos 6,2 millones de dólares, aportados por el club y el Estado provincial.

En la ciudad vecina de Santo Tomé, a unos 8 kilómetros de Santa Fe, el club apura la construcción del Colón Hotel de Campo, que alojará durante el torneo a las selecciones de Argentina y Ecuador, y cuya inauguración se prevé para junio.

El Brigadier López, situado en el barrio Centenario, será la sede de cuatro de los 26 partidos de la Copa América, los que jugarán Paraguay-Ecuador, Argentina-Colombia y Colombia-Bolivia, además de uno de los choques de los cuartos de final.

UNA ETERNA RIVALIDAD.

El mundillo futbolístico argentino echa de menos desde hace ocho años el partido que, de lejos, más moviliza a la ciudad de Santa Fe. Colón-Unión es uno de los clásicos más picantes e igualados que pueden verse en este país, y que a lo largo de la historia se ha saldado con 26 triunfos para el primero, 25 para el segundo y 29 empates.

El Unión descendió de categoría en 2003 y desde entonces sus esfuerzos por regresar a la división de honor han sido en vano, aunque la campaña que el equipo lleva a cabo esta temporada ha colmado de ilusión a sus hinchas.

En Primera o en Segunda División, nadie se atreve a restar importancia a estos dos equipos, de los más importantes del interior del país, que han hecho una considerable aportación a la grandeza del fútbol de Argentina.

El "sabalero", como sus hinchas llaman al Colón, fue fundado el 5 de mayo de 1905 por alumnos de un colegio que encontraron en una barcaza la inspiración para idear su camiseta, dividida en partes iguales entre el rojo y el negro.

En 1965 se convirtió en el primer equipo de Santa Fe en ascender a la máxima categoría del fútbol argentino, en la que ha jugado durante 32 temporadas.

Descendió a la Segunda en 1981 y le costó 14 años volver a la división de honor, en la que fue subcampeón -su mejor ubicación histórica- en 1997. Ese mismo año llegó a las semifinales de la (desaparecida) Copa Conmebol, y también ha disputado las copas Libertadores de 1998 y 2010, y la Sudamericana de 2003.

Su principal ídolo es su actual delantero Esteban "Bichi" Fuertes, quien además es el máximo goleador de la institución con más de 120 anotaciones.

En la otra vereda está el Unión, fundado el 15 de abril de 1907. El "tatengue", como le apodan sus fanáticos, accedió a la Primera División recién en 1966 y ha soportado cinco descensos, el último en 2003. Los colores de su uniforme son el rojo y el blanco a bastones verticales, y sus máximos referentes históricos son el delantero centro Leopoldo Luque y el portero Nery Pumpido, campeones mundiales con la selección nacional en Argentina'78 y México'86, respectivamente.

Carlos Werd.