La militancia fundamentalista del relato tiene que hacer malabarismos dialécticos para explicar el volantazo conservador que pegó el gobierno en el tema YPF.

Hace apenas 19 meses, Axel Kiciloff decía que eran unos tarados los que pensaban que había que pagar una indemnización a Repsol. Mas aún, en un alarde de vanguardia revolucionaria dio vuelta la taba y dijo que era la empresa española la que tenía que pagar a la Argentina por el daño ambiental que había causado.


Recuerdo que el ministro Julio de Vido, tan callado por estas horas, dijo que iba a recorrer las provincias para monitorear la dimensión del daño que había causado Repsol. Aparecieron remeras y prendedores con el viejo logo de la YPF nacional y popular y Kiciloff se mostraba como una suerte de Raúl Scalabrini Ortiz con patillas.


Eran los tiempos de la lucha emancipadora que fomentaba Carta Abierta. El comandante Kiciloff llevó al despacho de Cristina la cabeza de Antonio Brufau y a los funcionarios españoles que se quedaron, les mandaron la Gendarmería para intimidarlos y hasta allanaron algunos de sus domicilios particulares.


Hace 19 meses Repsol era mala, ineficiente, corrupta, destituyente y antinacional. Hoy el giro a la derecha de Cristina hizo que el mismo gobierno que los humilló ahora se humille a si mismo y les ofrezca mas de 5 mil millones de dólares de indemnización. Eso es lo que va a costar la bravuconada infantil de Cristina y Kiciloff.


Es muy caro hacer jueguito para la tribuna progre con el dinero de todos los argentinos. Lo dijo Julio Cobos: ponen el guiño a la izquierda pero giran a la derecha. Alfonso Prat Gay dijo anoche que la empresa, antes de su expropiación valía menos de los 5 mil millones de dólares que ahora mansamente va a pagar el gobierno argentino. Hay que poner la lupa en ese lugar porque eso se presta para negocios y negociados de todo tipo.


Pregunta política: ¿Cual es la verdadera Cristina? ¿La que habló de profundizar el modelo y que en aquel momento se comportaba como si fuera La Pasionaria o esta que habla de racionalidad y prudencia? Son dos caras de la misma moneda del pragmatismo K. Pero es tan abrupto el cambio que sorprende. Es pasar del negro al blanco, como el luto que la presidenta abandonó en estos días.


La única verdad es la realidad. Y lo cierto es que el gobierno no tuvo mas remedio que buscar un acuerdo con Repsol porque la lluvia de juicios internacionales que se había desatado, hacía imposible que cualquier empresa seria del mundo invirtiera un centavo en Vaca Muerta. Esa es la verdad.


Se hicieron los pícaros, los valientes antimperialistas y ahora tuvieron que recular en chancletas.


Bienvenido sea un gesto de sensatez administrativa que nos vuelve a colocar en el mundo. Pero indigna ver como los obsecuentes de siempre aplaudieron tanto aquella genialidad de izquierda de Cristina y esta genialidad de derecha. Van y vuelven de un extremo al otro y mientras tanto le hacen perder mucho tiempo a la Argentina y millones de dólares que se van por el agujero energético monstruoso que crearon y que tal vez sea una de las peores herencias que dejará Cristina.


Y lo mas terrible es que todo es que todo se hace a espaldas de los argentinos. Ahora le llaman confidencialidad al oscurantismo mas nefasto. Es confidencial el acuerdo con Chevrón, el acuerdo con Repsol, no hay balance, ni monitoreos ni manera de auditar nada de lo que haga este gobierno con las empresas.


Lo mismo pasa con Aerolíneas Argentinas. Chicana barata: ¿Para cuando el acuerdo patriótico con American Airlines? O el pacto con el FMI para que puedan revisar los números de la mentira de Guillermo Moreno. En la vida y en política uno puede hacer y decir cualquier cosa. El tema es que hay que hacerse cargo de las consecuencias.


Pasaron 19 meses y el gobierno está haciendo lo mismo que le aconsejaron muchos opositores y periodistas independientes. En aquella época los acusaron de golpistas de la corporación derechista. Hoy ellos hacen lo mismo pero dicen que eso se llama responsabilidad en la gestión. Cambia, todo cambia.