El 26 de junio de 2002, un corte en el puente Pueyrredón terminó en un trágico final. Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, dos jóvenes pertenecientes al Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) morían asesinados por efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

El 2001 había finalizado con los sucesos trágicos del 19 y 20 de diciembre y la salida en helicóptero del presidente Fernando De la Rúa de la Casa Rosada. Meses más tarde, Eduardo Duhalde ocupaba la presidencia Interina y la Argentina vivía las consecuencias de la salida de la convertibilidad.

El 26 de junio de 2002 las principales organizaciones de desocupados decidieron reclamar mayores subsidios y alimentos para los comedores populares cortando los accesos a la Capital Federal. Ese día, la policía intento evitar los cortes reprimiendo a los manifestantes. En los incidentes fueron asesinados por efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires los jóvenes activistas Maximiliano Kosteki y Darío Santillán pertenecientes al Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Guernica y de Lanús y se registraron además, 33 heridos por balas de plomo.Por esos días, el Secretario de seguridad interior Juan José Álvarez intentaba justificar el accionar policial alegando una provocación de parte de los manifestantes

Lo cierto es que las imágenes posteriores a los incidentes, mostraban a Maximiliano Kosteki herido y tirado en hall de la estación Avellaneda y a Darío Santillán intentando auxiliarlo, momento en que entró desde la calle el jefe del operativo policial, comisario inspector Alfredo Franchiotti, al frente de un grupo de agentes, con escopeta en mano y apuntando. El ex comisario, Franciotti, autor de los disparos, se dirigió a la prensa sin saber lo que las imágenes mostraban y dijo desconocer las circunstancias en que murieron los manifestantes. Tras los hechos, el ex comisario, fue condenado a prisión perpetua.