A última hora, la presidente Cristina Kirchner decidió que el propio Lorenzino esté presente en la audiencia final en la Cámara de Apelaciones de Nueva York en el juicio que llevan adelante los acreedores que no ingresaron a los canjes de deuda.

Lorenzino estará hoy junto con el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, y el subsecretario Legal y Técnico, Matías Isasa, en la sede del estudio Cleary, Gotlieb, Steen & Hamilton que representa a la Argentina.

Allí, terminará de diseñar la estrategia que el país presentará ante los tres jueces que deben ratificar o rectificar el fallo del juez Thomas Griesa, que emplazó al país a pagar el total de la deuda que los denominados "fondos buitre" reclaman.

Según publica hoy el diario Ámbito Financiero, la Argentina defenderá su posición a través de tres puntos particulares: una crítica a las calificadoras y la mención al esfuerzo económico del país para cumplir con las obligaciones financieras desde 2003; la posibilidad de abrir el canje de deuda en las mismas condiciones, no mejores, que el llamado de 2010; y la amenaza de un aumento inmanejable de u$s 43.000 millones en la demanda externa si el fallo es negativo.

Precisamente el aumenta de reclamos externos, en caso de un fallo desfavorable para el país, es el principal riesgo que enfrenta la Argentina en la Cámara.

Se trata del planteo de los "we toos", o nosotros también, que reclamarían las quitas que sufrieron en los canjes de 2005 y 2010, y que podrían llevar sus demandas a todos los centros financieros internacionales donde se presentaron ambos canjes.

Ese momento que podrían exigir los holdouts a la Argentina supera incluso a las reservas que tiene el Banco Central, que apenas superan los u$s 41.000 millones. De todas formas, más allá del fallo de la Cámara, se descarta que cualquiera de los sectores que resulte perjudicado apelará a la Corte Suprema de los Estados Unidos.