El ministro de Economía, Axel Kicillof, remarcó por Continental que el acuerdo automotriz con Brasil “le da mucha estabilidad a la industria automotriz”, y planteó que, logrado “el paso más difícil para reactivar el sector, llega el momento de que las terminales retrotraigan los aumentos excesivos” aplicados a los autos.
 
El jefe del Palacio de Hacienda explicó que “la mitad de los autos que se producen en Argentina van a parar al mercado brasileño”, y añadió que “50 por ciento de los vehículos que consumen los argentinos provienen del país vecino”. Al respecto indicó que “se está trabajando con la industria porque estimamos que hubo incrementos internos de los precios que fueron excesivos”.
 
El ministro también se refirió a la cuestión laboral de las terminales, y recordó que “en enero, los profetas económicos afirmaban que en marzo iba a haber una recesión infernal y problemas tremendos en el frente financiero. No niego la preocupación nuestra, pero hay muy poquitos casos de despidos, que tienen que ver con cuestiones sindicales y políticas y no con economía”.
 
En La Mañana, también destacó el tope impuesto por el Banco Central a las tasas de interés que se cobran por los créditos prendarios, al remarcar que “la medida es para defender a los consumidores. Esta medida en otros países se llama restricciones a la usura. No me interesa que los bancos pierdan plata, me interesa que no ganen de más a costillas de la gente, porque cuando se exceden en comisiones y tasas de interés, empiezan a trabajar como un obstáculo al consumo”, argumentó.
 
Sobre los fondos buitres, se mostró “expectante” por la decisión de la Corte Suprema estadounidense ante esta “aventura judicial de abogados y banqueros que quieren fundir países comprando títulos que no valen nada y tratando de obtener el valor pleno, más intereses y punitorios, haciéndose de una rentabilidad de 1.600 por ciento”.

   Caso Ciccone

 
En otro orden, el ministro de Economía defendió al vicepresidente Amado Boudou por su accionar durante la crisis de la empresa Ciccone y dijo que él hubiera actuado igual si había una empresa en riesgo de quiebra como la imprenta de billetes "Si quiebran las empresas porque no pueden pagar sus impuestos es una cuestión de política económica; si hay posición dominante de empresas, es cuestión de política económica. Si hoy está en juego que quiebre Siderar o Techint porque no pueden pagar una deuda impositiva, me interesaría de oficio", ejemplificó. 
 
"Si quiebra una empresa que tiene capacidad para imprimir billetes y otras cuestiones vinculadas con el accionar estatal, debería ser una preocupación del Estado. Por eso terminó estatizándose Ciccone", remarcó Kicillof.