Guillermo Reinwick, testigo central del caso que investiga la venta de la ex imprenta Ciccone que comprometió directamente a Amado Boudou ante la Justicia, ratificó anoche que recibió amenazas de parte de un socio del vicepresidente, José María Núñez Carmona. Pero se mostró confiado en la actuación del juez a cargo de la investigación, Ariel Lijo, quien la semana pasada lo citó a indagatoria .

Junto a él, fueron convocados Boudou, Núñez Carmona, Rafael Resnick Brenner, ex jefe de Gabinete de asesores de Ricardo Echegaray en la AFIP; Alejandro Vandenbroele, cara visible de The Old Fund, la sociedad a cargo de la nueva Ciccone; y Nicolás Ciccone.

Reinwick es el yerno de Nicolás Ciccone, uno de los fundadores de la imprenta, y uno de los testigos que en su declaración ante la Justicia detalló cómo el vicepresidente se reunió al menos dos veces con su suegro para dar inicio a las negociaciones que buscaban financiar a la empresa.

"Núñez Carmona fue quien me amenazó, y eso figura en mi declaración. Puntualmente es la persona que me dijo «si tocás al vicepresidente, voy a tu casa y te quemo un pibe»", dijo Reinwick, visiblemente conmovido, en diálogo con el programa Periodismo para todos. "Yo le mandé cartas documento al vicepresidente cada vez que mi nombre aparecía publicado en la prensa. La respuesta eran amenazas. Me comí todas las amenazas, con mi mujer y mis hijos", agregó.

"Gracias a Dios un día un juez me llamó a declarar como testigo, Lijo me dio la posibilidad de ir a declarar. Ese día nacía mi sexto hijo, mi mujer casi se muere. Fui a declarar igual. Y vi volar a [el ex procurador general de la Nacion, Esteban] Righi, a [el juez federal, Daniel] Rafecas", recordó.

También contó que tiempo atrás, salió publicada en medios gráficos una solicitada con su firma, con la que Reinwick, asegura, no tenía relación. En el texto se expresaba que la ex imprenta era suya. "Yo no había firmado la solicitada. Ellos pretendían que yo me hiciera cargo de la compañía", añadió.

También aseguró que no se fue a vivir a Uruguay -como sí lo hizo otro testigo de la causa, José Guillermo Capdevila, tras recibir amenazas-, "por sus hijos". "No quería que perdieran sus amigos y su vida. Esto me podría haber costado el matrimonio. Los dos priorizamos los chicos, quedarnos", contó.

Por último, el empresario dijo: "No sé por qué me inspira confianza Ariel Lijo. Estoy tranquilo desde ese lado. Creo que está investigando", concluyó.