El Ministerio de Trabajo prorrogó el mandato de Hugo Yasky en la Central de los Trabajadores Argentinos, lo que reavivó la polémica en la central sindical independiente.

Su contrincante en las elecciones, Pablo Micheli, calificó a la de la cartera laboral como “una clara intromisión del Gobierno en las internas” del espacio gremial.

Por Continental, Graciela Camaño coincidió con este planteo y criticó “la forma” en que Carlos Tomada y su gente “manejaron el tema”.

Si bien reconoció que “el Ministerio de Trabajo es la autoridad de aplicación, pero como una especie de articulador de las partes. Creo que faltó esa parte” consideró. 

Y añadió que “Aparentemente, la propia CTA había definido, en consuno, el mecanismo para dirimir los conflictos electorales. Y había una especie de comité arbitral para resolver, supuestamente, las irregularidades que se produjeran. Micheli aceptó las reglas de juego y esto que ocurrió es una suerte de ‘agachada’. El Ministerio, me parece, participó de la agachada de forma determinante. Cuanto menos se meta en las organizaciones sindicales, mejor”, planteó la diputada peronista disidente.

“Este gobierno ha consolidado a las organizaciones sindicales. No hizo nada raro”, aceptó en Magdalena Tempranísimo.

Sin embargo, la ex ministra de la cartera laboral consideró que “no es bueno que el sindicalismo quede en la posibilidad de que una decisión ministerial decida en medio de una elección. No es sano”.