El juez federal Claudio Bonadio le otorgó hoy la prisión domiciliaria a los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, reclamos por los Estados Unidos por el escándalo de corrupción en la FIFA, bajo la condición de que depositen 12 millones de pesos entre ambos y la imposición del uso de tobilleras electrónicas.

Hugo Jinkis deberá pagar una fianza de 4 millones de pesos y su hijo, y Mariano una de 8 millones, para acceder a la prisión domiciliaria.

Los abogados ya trabajaban en la búsqueda de propiedades para presentar como fianza y hasta que eso ocurra los Jinkis permanecerán detenidos en la dependencia que tiene la Policía Federal en Cavia y Figueroa Alcorta, tras pasar los últimos días en las celdas de la Superintendencia de Investigaciones, en Villa Riachuelo. 

Bonadio también ordenó la prohibición de salida del país de los Jinkis, la entrega de sus pasaportes nacionales y si tienen de otras ciudadanías, el control por parte de la oficina de Delegados Judiciales de la Cámara Federal del cumplimiento de la prisión domiciliaria y presentarse todos los viernes en el juzgado.

También dispuso que el Servicio Penitenciario Bonaerense "coloque al causante una pulsera electrónica que coadyuvará al efectivo cumplimiento de la permanencia del causante en su domicilio, del cual no podrá egresar".

El magistrado les advirtió que en caso de incumplir alguna de estas reglas "se revocará la detención domiciliaria".
Hugo Jinkis, de 70 años, cumplirá la prisión domiciliaria en una vivienda de la ciudad bonaerense de San Isidro, mientras que Mariano, de 40, lo hará en un country del partido de Campana.

Bonadio fijó el doble de fianza para Mariano Jinkis porque es más joven que su padre y no tiene problemas físicos lo que significa un "consecuente potencial para soportar una eventual fuga".

Los Jinkis están acusados por Estados Unidos por tres hechos de asociación ilícita en el pago de 110 millones de dólares de sobornos para obtener beneficios de televisión y marketing en partidos internacionales de fútbol.

Estados Unidos pidió la detención de ellos y de otras 13 personas, entre quienes también está Alejandro Burzaco, ex CEO de Torneos y Competencias, quien semanas atrás se entregó en el norte de Italia.

Los Jinkis estuvieron prófugos hasta la semana pasada cuando se presentaron ante Bonadio luego que la Justicia les rechazó dos exenciones de prisión para transitar el proceso en libertad.

Los acusados llegaron a las 14:35 al despacho del juez Bonadio junto a agentes de Interpol. Bonadio aceptó el planteo en base a la complejidad de la causa de los Estados Unidos.

En tanto, respecto de Hugo Jinkis el juez también tuvo en cuenta su estado de salud ya que padece de "patologías respiratorias, metabólicas, cardiovascular coronaria, digestiva colónica, oftalmológicas, hipoacusia total izquierda, prostática, artrósica y en el aspecto psicosiquiatrico hace treinta años es objeto de tratamiento por la pérdida de audición".