Algunas señales parecen ser positivas para la Selección Argentina. Encontró solidez en algunos puestos, tiene algunos destellos de jerarquía y el nivel del resto de las selecciones parece estar por debajo de lo mostrado por el equipo de Lionel Scaloni, que está muy lejos de ser brillante. En cuartos de final, derrotó por 3 a 0 a Ecuador con goles de Rodrigo De Paul, Lautaro Martínez y Lionel Messi y se clasificó a las semifinales.

El conjunto nacional tuvo el ímpetu que mostró en el arranque de todos los partidos de la copa. Durante 10 minutos tuvo actitud, velocidad, juego asociado, combinaciones notoriamente trabajadas y una presión colectiva soberbia. Y aunque luego bajó las revoluciones, pudo generar un par de buenas chances como una corrida de Lautaro Martínez que se quedó sin ángulo tras eliminar al arquero o un remate de Germán Pezzella que se fue cerca del primer palo, tras un tiro de esquina.

La más clara del primer tiempo se dio tras un error absolutamente insólito de Ecuador. Lionel Messi había quedado totalmente fuera de jugada, cerca del área ecuatoriana. Carlos Gruezo no lo notó, dio un pase hacia atrás y lo habilitó sin intención. El 10, con tiempo y espacio para hacer absolutamente lo que quisiese, definió cruzado pero la pelota dio en el palo. Es difícil juzgar un remate que no entra por centímetros como malo, pero cuando la acción es tan nítida y las condiciones son tan propicias para sacar una ventaja, es muy difícil no verlo de esa manera.

El equipo de Gustavo Alfaro tuvo dos llegadas de importancia. En la primera, tras una buena jugada por derecha, el muy buen volante Jhegson Méndez remató de volea con mucha violencia pero Emiliano Martínez despejó bien. Ya sobre el final del primer tiempo, Diego Palacios metió un gran centro desde la derecha y Enner Valencia anticipó al “Dibu” Martínez pero no pudo agarrar la pelota de lleno. No terminó de empujarla hacia el arco y por centímetros tampoco pudo ninguno de sus compañeros en el segundo palo.

Inmediatamente después de la más clara de Ecuador, Argentina se puso en ventaja. Tras una jugada que se había ensuciado, Messi fue el más lúcido. Casi desde el piso le dio un pase claro a Nicolás González, que llegó a la carrera pero se encontró con el arquero ecuatoriano. Hernán Galíndez cortó, pero dejó la pelota muerta. Nuevamente apareció el capitán e inteligentemente eligió no rematar de primera, sino ubicar a De Paul que estaba en una posición mucho más clara. El jugador del Udinese pateó y venció a una barrera de jugadores rivales que intentaban suplir la tarea del arquero.

Antes del descanso, el equipo dirigido por Lionel Scaloni pudo conseguir el segundo de pelota parada. Messi metió un centro combado y Nicolás González se encontró dos veces con una gran resistencia de Galíndez, primero ante un cabezazo y tras el rebote ante un remate a quemarropa cuando el guardameta ya parecía vencido. La Selección jugó un buen primer tiempo.

En el complemento, otra vez, como en casi todos los partidos anteriores, la Argentina eligió regalar la pelota y refugiarse. El riesgo, más allá de lo corto del resultado, es que al jugar en pocos metros, cualquier error, voluntario o no, puede pagarse muy caro.

Una de las más claras de Ecuador fue un cabezazo de Nicolás González hacia atrás que pasó cerca del palo de Martínez. Es poco prudente buscar jugar el partido en el sector de la cancha donde interviene la línea más floja de un equipo, en este caso, la defensa.

De todos modos, el riesgo pasó mucho más por la postura que adoptó el conjunto nacional, que por las jugadas que pudo crear el rival.

Algunos cambios le permitieron al equipo de Scaloni refrescar la presión en ataque. Cuando quedaban poco más de cinco minutos, Ángel Di María, uno de los que entró en el segundo tiempo, apuró la salida de Piero Hincapié, que se confió. La pelota derivó en Messi que asistió muy bien a Lautaro Martínez por izquierda. El delantero del Inter definió fuerte arriba y convirtió el 2 a 0.

Cuatro minutos más tarde, con el equipo de Alfaro totalmente volcado en ataque, De Paul le puso un pase bárbaro a Di María que se devoró a toda la defensa a pura velocidad. Hincapié lo corrió, no lo pudo alcanzar y lo agarró. El lugar en el que lo soltó fue dudoso.

Desde todos los ángulos pareció penal, pero, con el amparo del VAR, Wilton Sampaio cobró tiro libre. De todos modos, Messi con un remate bárbaro puso el 3 a 0.

La Argentina se clasificó a las semifinales, instancia en la que enfrentará a Colombia. Fue claramente más que Ecuador que es un equipo para nada sencillo.

Quedan muchas cuestiones para corregir, fundamentalmente el hecho de que las complicaciones en los partidos parecen surgir por decisiones incorrectas que toma el propio equipo nacional y no porque el rival lo fuerce demasiado.

También, quedan algunas conclusiones interesantes. Messi jugó en esta Copa América al menos dos partidos que entran dentro de sus 10 mejores actuaciones en la Selección. El equipo tiene algunos nombres que son titulares indiscutibles y defienden su lugar y otros que presionan desde afuera y ofrecen soluciones.

Por ejemplo, Guido Rodríguez, que claramente le da equilibrio a la mitad de la cancha. Por otro lado, puede habérsele abierto una puerta a Di María, en un nuevo rol, claro está, como una inyección de energía desde el banco.