“Los técnicos chinos no entienden español y no trajeron ningún traductor”, remarcó el secretario de prensa de los Metrodelegados, Enrique Rosito, quien calificó el cierre de la Línea A como “una improvisación”.

“Esto fue una decisión política que tiene muy poco que ver con las necesidades de la gente”, subrayó.

“La empresa Metrovías dicta los cursos a través de una consultora”, dijo Rosito, al explicar que ya presentaron su queja al gobierno porteño que, sostuvo, “nos ninguneó”.

“No se avanzó absolutamente nada”, reprochó el delegado.