El brindis de fin de año que organizó el Ministerio de Justicia, a cargo de Julio Alak, en el predio de la ex Esma causó “estupor” y “bronca” en varios sectores de la sociedad.

“En ese lugar vi por última vez a muchos de mis compañeros; allí estuve alojado por siete meses”, remarcó Mario Fukman, miembro de la Asociación de Detenidos Desaparecidos.

“Un ‘asado’ en la Esma significaba que se iban a quemar a los que no sobrevivieron a torturas o no llegaba vivos”, enfatizó.

Ese edificio “debe ser un espacio que interpele al pueblo argentino”, subrayó Fukman.