Un grupo de personas que se sintió desplazado de sus lugares de trabajo como consecuencia de su ideología se unieron para conformar una ONG. Una de sus integrantes es María Laura Haag.
 
“El caso más conocido por todos era el de Graciela Bevaqua, del Indec. Pero también surgieron muchos otros”, explicó en Bravo.Continental.
 
“Estos suceso provocan una enorme destrucción psíquica. Son organismos que pertenecen, en su mayoría, al Poder Ejecutivo por lo que la contención, en estos casos, es un lugar vacío. Es porque uno va a reclamar a un lugar donde el mismo Estado dificulta estos trámites”, subrayó.
 
“Nos empezaron a llegar mensajes de la Secretaría de Energía, Cancillería, IGJ…este año se dio un proceso de aceleración de esta persecución”, enfatizó Haag.
 
“Llegamos a la conclusión de que el mejor modo de poder ayudar al resto era integrarnos en una ONG. Que la gente que vive esto sepa que hay un espacio donde reclamar y que hay otras personas que sufrieron lo mismo”, remarcó.
 
Haag explicó que, hasta el momento, “ninguno ha sido indemnizado”.
 
“Esto no acaba el día que dejás tu trabajo, es muy difícil continuar una vida normal”, subrayó y aclaró: “Todos los casos sucedieron cuando ingresó La Cámpora a cada uno de los organismos”.